RICOBLOG

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viernes, 25 de marzo de 2011

NO TE COMAS "LA COMA"

Es bastante habitual valorar aquello que es grande, ampuloso monumental, grandioso… y dejamos de prestar importancia a las “pequeñas cosas” y en lenguaje escrito, salvo el punto, no hay nada más pequeño que la coma.
A veces dudamos en donde colocar la coma, a veces hacemos un uso prolijo de ella y a veces, simplemente, la omitimos, pero… la ausencia o presencia descuidada de la coma puede cambiar el significado de un texto. Julio Cortazar decía que “la coma era la puerta giratoria del pensamiento” ¡Y es cierto!, precisamente por esa trascendencia que tiene en el significado del texto en función del lugar donde se la coloque, y si no veámoslo:
Si yo escribo: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene, la mujer andaría a cuatro patas en su busca”, es decir, el hombre sería perseguido por la mujer, pero si cambiamos la coma de lugar, manteniendo la literalidad de la frase y escribimos: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer, andaría a cuatro patas en su busca”, tendríamos que los papeles se han intercambiado y ahora sería la mujer la perseguida por el hombre, para ello solo ha bastado poner la coma detrás de “tiene” o detrás de “mujer”.
Veamos algún ejemplo más:
“No es broma”, estoy diciendo que lo que sea no tiene nada de gracioso y deberemos tomárnoslo en serio, sin embargo, si escribimos “No, es broma”, podemos tranquilamente esbozar una sonrisa porque estamos ante algo a lo que no debemos conceder trascendencia alguna.
En la antigua Gracia, las pitonisas del Oráculo de Delfos, siempre adivinaban la suerte que correría el soldado en la guerra. Sus profecías se cumplían siempre, pues a la pregunta del guerrero ¿Volveré?, le respondían: “Irás volverás no morirás en el campo de batalla”. De esta manera, si aparecía algún familiar de un guerrero muerto en combate, pidiendo explicaciones, la pitonisa solo tenía que matizar. “Efectivamente yo dije: Irás, volverás NO, morirás en el campo de batalla” por el contrario todo aquel que regresaba vivo pensaba que le habían presagiado correctamente su “fatum” (en la mitología romana era la personalización del destino), y seguía recordando el “Irás, volverás, no morirás en el campo de batalla”.
Y como último ejemplo de la importancia de la coma citemos aquel bazar que en su escaparate exhibía tres anuncios a los cuales les faltaba una coma:
  • “Hay pelotas para niños de goma”, (¿niños de goma?).
  • “Se venden guantes para niños de lana”, (¿niños de lana?).
  • “Línea de cremas para piernas de uso diario”, (¿Hay piernas que no sean de uso diario?).
Sí, en efecto deberían haberse escrito con una estratégica coma en cada una de esas frases que dirían:
  • “Hay pelotas para niños, de goma”.
  • “Se venden guantes para niños, de lana”.
  • “Línea de cremas para piernas, de uso diario”.
Si tomamos ésta última frase, podemos reconocer en ella el mensaje de que la línea de crema, no las piernas, son susceptibles de usarse a diario, como los puntos y las comas que también deberían ser “de uso diario” y no una cosa tan ocasional como resulta ser en la práctica actual.
Soy consciente de que las reglas gramaticales pueden resultar farragosas y/o extensas, al menos a veces, pero me resisto a no dejar algunos apuntes sobre su uso, por si pueden resultar útiles para alguien.
En definitiva, la coma (,) es un signo de puntuación que señala una breve pausa dentro del enunciado. Se emplea para separar los términos o conceptos de una enumeración, salvo los que vengan precedidos por alguna de las conjunciones y, e, o, u o ni. Por ejemplo: “Tengo perros, gatos, conejos y ratones” o “Mi casa no tiene persianas, toldos ni parasoles”.
Hay tendencias que admiten su uso para separar dos términos independientes de una oración, haya o no conjunción entre ellos, siempre y cuando sean realmente independientes; pues, si no, estaríamos en el caso anterior: “Los payasos saludaban, la gente aplaudía y los niños no paraban de reír”.
También se utiliza para delimitar una aclaración o inciso: “Julio, mi socio, acaba de editar su primer libro”.
Las locuciones conjuntivas o adverbiales, sea cual sea su posición, van precedidas y seguidas de coma, tales como: en efecto, es decir, en fin, por consiguiente, no obstante, sin embargo, y otras de la misma clase.
Pues ya sabes, “La coma no se come, así que, no te comas la coma”. Vuelve a la imagen del principio y decide que defiende: "LIBROS, NO BOMBAS" o "LIBROS NO, BOMBAS", lo cierto es que una simple coma lo hubiese resuelto.

2 comentarios:

  1. Por poner a una amiga que en su correo las comas parecian caidas del cielo, se ha enfadado conmigo, y además me ha dicho que no entendia porque le hacia ese comentario, o algo así. Que lástima......

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  2. A veces hay que ser muy cauto con los comentarios y juicios que hacemos, no todo el mundo tiene la suficiente humildad para aceptar una crítica, ni siquiera aunque vaya en su beneficio.

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