RICOBLOG

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domingo, 20 de marzo de 2011

VALORES - V (AUTODOMINIO)

Sócrates exigía a sus alumnos solo una virtud: la “enkrateia”, es decir, “ser dueños de uno mismo” o “autodominio”. El “autodominio” es el valor que nos ayuda a superar los vaivenes de los estados de ánimo, o nuestros gustos del momento.
Una persona dueña de sí misma muestra serenidad, sobriedad y trato fácil y sencillo, sabe escuchar y estar pendiente de los demás con los que exhibe grandes dosis de paciencia, el autodominio es un valor recomendable para toda persona con responsabilidades sociales, por ejemplo cargos públicos, o referentes de otros como sería el caso de un facilitador (técnico en formación).
Hacer siempre “lo que te da la gana” no es libertad sino falta de autodominio, pues no estás haciendo lo que quieres sino lo que “la gana te da”. Para hacer  “lo que quiero hacer” hace falta vencer a la “gana”, y tener dominio sobre uno mismo. La falta de autodominio nos hace creernos el ombligo del mundo, acaparar las conversaciones, presumir de los logros, despreciar todo lo que no viene de uno mismo.
Por tanto, autodominio es el valor que nos ayuda a controlar los impulsos de nuestro carácter y la tendencia a la comodidad mediante la voluntad. Nos estimula a afrontar con serenidad los contratiempos y a tener paciencia y comprensión en las relaciones personales.
En ausencia del autodominio se llegan a realizar acciones poco adecuadas, sin autodominio estamos expuestos a caer en excesos. Algunas corrientes opinan que la fuente para lograr el autodominio provienen de correctas técnicas de relajación y no seré yo quien niegue que puedan resultar favorables pero me inclino más por la tesis de que los valores se forjan a través del ejercicio diario, y con el esfuerzo preciso para reconocer y asumir aquellos rasgos menos favorables de nuestra personalidad.
El autodominio reconoce como combustibles preferidos para propiciar el rendimiento más alto posible: al conocimiento profundo de uno mismo, la humildad para reconocer los propios defectos y la voluntad y firmeza para vencer o modificar hábitos no deseables, recordemos que la condición de hábito no confiere la cualidad de idóneo pues si yo mecanizo hacer mal algo, requeriré de autodominio (autoconocimiento, humildad y voluntad) para desterrar o modificar dicho hábito.
El autodominio también es aprender a tolerar, a pasar por alto pequeñas fricciones cotidianas, no es desentenderse sino dar muestras de serenidad, comprensión y cariño, muy recomendable tanto para las relaciones familiares como con amigos o compañeros de trabajo; te ayuda a estar pendiente de las necesidades de los demás y atenderlas, frente a la tendencia cómoda de esperar ser atendido.
El autodominio o autocontrol es una de las prácticas más difíciles de aprender. Muchas veces nos encontramos enfrascadas en discusiones en las que cada parte quiere resaltar sus razones y en nuestro empeño de hacerlo perdemos el control del tono, volumen y formas de hacernos entender. Y además en un momento de ira o cólera podemos llegar a decir cosas que ni tan siquiera sentimos.
Mi abuelo me decía: “antes de reaccionar cuenta hasta diez” y tenía toda la razón, el sentido común nos dicta que cuando se está enojado o dolido por alguna acción en contra de nosotros, es imposible llegar a un acuerdo y entonces descubrimos que sí, que es mejor contar hasta diez y de ser posible contar hasta cien, para darnos la oportunidad y dársela a nuestro interlocutor de llegar a la calma.

2 comentarios:

  1. En algunos de tus temas me veo reflejada, imagino que eso nos pasará a todos dependiendo del tema que saques, o incluso veo reflejadas a personas que nonozco.
    Eso del tono, vulumen ,cosas que se dicen en ese momento de íra o rabia, cosas que realmente no sientes y que luego te arrepientes de haberlas dicho.....En algunos casos contaré hasta tres, otros hasta diez y en otros tendré que llegar a quinientos, porque con algunas personas eso es complicado, ya que hay personas que tienen la facilidad de decirte la frase perfecta para que duela y hace que cueste mucho más terminar de contar...............

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  2. Me parece bastante normal que en ocasiones te veas reflejada, incluso que identifiques a otras personas porque en el fondo, en mayor o menor grado, hay muchos rasgos que se repiten en la mayoría de las personas, aunque es cierto que en unos u otros casos unos rasgos tengan más peso específico que en otros.
    Por cierto, en lo de tener que contar en algunos casos hasta quinientos, creo que te entiendo perfectamente. Ya sabes, mucha paciencia, que es una sustancia que en ningún caso provoca sobredosis.

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