Ya me he referido en varias ocasiones a las emociones, sentimientos que terminan definiendo conductas y estas pueden ser limitantes o capacitantes; luchar contra las emociones no tiene sentido, provienen de los sentimientos que no están exentos de cierta carga irracional; lo que realmente nos hace poderosos, o no, es utilizar su fuerza, es aprender a gestionarlas, es colocarlas en el platillo de nuestra balanza vital que suma, evitando que se instalen en el platillo que resta.
Las emociones que promueven una mayor sensación de capacidad son la alegría y la aceptación; la alegría genera optimismo y la aceptación confianza. Yagosesky (destacado conferencista, psicoterapeuta, escritor y orientador de conductas) sugiere que alcanzar la alegría precisa incrementar las actitudes de gratitud y optimismo y que para desarrollar la confianza es necesario abogar por la serenidad, por aprender neutralidad y dominar el arte de la relajación personal.
A continuación te brindo unas ideas que desde el coatching entendemos que propician conductas capacitantes:
1. Recupera situaciones en las que te sentiste totalmente capaz: Revive con todas sus sensaciones esos momentos de fluidez en los que te sentías capaz de conseguir algo. Esto activa tu predisposición para repetirlo y cuantas más veces lo hagas más fácil te resultará lograrlo una y otra vez.
2. Recuerda los sentimientos que tienes cuando te sientes capaz: Cuando somos capaces de redibujar situaciones en las que nos hemos sentido, capaces, tranquilos, entusiasmados…, estamos activando las mismas áreas cerebrales que en su momento se activaron, lo que provoca la liberación de las sustancias químicas intracorporales, vinculadas a esos sentimientos.
3. Proponte expectativas nuevas: Lo que pensamos influye directamente en nuestras emociones y por lo tanto sobre lo que somos capaces de hacer. Tendemos a estancarnos en experiencias propias por lo que nos cuesta un esfuerzo, a veces demasiado importante, para plantearnos que la realidad que percibimos podría ser percibida de forma diferente.
4. Detalla por escrito tus metas con palabras poderosas: Utiliza palabras cargadas de sentimientos que te resulten significativos. Al escribir, nuestras pretensiones, implicamos a más zonas del cerebro con el compromiso de alcanzar esas metas.
5. Identifica tus frenos: Una dificultad frecuente es tener que sustituir emociones que venían incapacitándonos, para ello es preciso identificar, analizar y si es preciso invalidar las creencias que venían frenándonos.
6. ¿Qué permiso te das?: Deberás analizar el diálogo interno que mantienes contigo mismo, si te consideras capaz o no, y cuál es tu disposición corporal, solo el equilibrio cuerpo-mente puede consolidar tu estado capacitante.
7. Empieza a actuar y decláralo así: Muéstrate confiado en que eres capaz y tu mente y tu cuerpo aprenderán a adoptar esa estrategia como habitual. Dilo en alto, utiliza la fuerza de la palabra para “declarar” que eres capaz, eso reforzará tus pensamientos y te comprometerá con ellos.
8. Y hazlo desde la felicidad: “La sonrisa cuesta menos que la electricidad… Y da más luz” (proverbio escocés).
¡Vale!, sé que no es fácil, pero intentarlo es el camino, ignorarlo ¿Es…?
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