RICOBLOG

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lunes, 23 de mayo de 2011

LA DIFICULTAD DE DECIR "NO"

A quién no le ha sucedido que le regalen una corbata u otra prenda que le parece tan horrible que, desde el primer instante, decide que jamás se la pondrá, pero que cuando te preguntan si te gusta, dices ¡Me encanta! Te invitan a una fiesta que “maldita la gracia que te hace”, pero dices: ¡Genial, no faltaré! A veces debemos decir “No”, ya que si no lo hacemos nos sentiremos forzados a realizar algo que no queríamos, lo que nos proporcionará cierto malestar.

Desde luego hay situaciones en las que no se puede decir “No”; otras en las que no se debe decir “No”; algunas en que no es prudente decir “No”. Pero hay un gran número de ocasiones en las que sin duda se puede decir “No” sin que dicha negativa genere problema alguno.

La dificultad para decir “No” es algo normal y como en todas las conductas humanas, existen los extremos, y mientras más nos acerquemos a uno u a otro podremos comenzar a tener problemas. Las personas que no saben decir “No” acaban diciendo siempre “Si” y se dirigen hacia la sumisión, con un alto riesgo de drenar su autoestima junto a una nociva sensación de ansiedad. En el otro extremo se encuentran las personas a las que nunca les cuesta trabajo decir “No”, son personas aparentemente muy seguras de sí mismas, pero detrás lo que hay es una fuerte carencia para empatizar con las necesidades de los demás, lo que acaba significándoles importantes problemas en sus relaciones interpersonales.

La vida nos coloca permanentemente ante situaciones de elegir entre el “Si” o el “No”, ceder o negarme, pues bien, el conflicto surge cuando se encuentran dos necesidades opuestas. Si alguien nos pide hacer algo que deseamos hacer, no hay conflicto, ambas necesidades van en la misma dirección; pero si nos piden hacer algo que nosotros no deseamos hacer, surge el conflicto. En esos casos es preciso decidir sobre la prioridad de una u otra necesidad, ¿La mía o la del otro?

A veces, la dificultad de decir “No” no está tanto en la petición que nos hacen, como en barreras limitantes propias, barreras que funcionan como prejuicios o creencias y acaban condicionando nuestra conducta, entre esas barreras limitantes, encontramos como más usuales:
  • Para evitar un conflicto.
  • Para no hacer que el otro se sienta mal.
  • Por miedo a no ser aceptado.
  • Por creer que no tengo derecho a negarme.
El problema de no saber decir “No” es que después hay que hacer frente a las consecuencias y a veces nos obligamos a vivir situaciones que para nada deseábamos. Algunas personas sufren cada vez que se han de negar a algo, bien sea por temor a defraudar las expectativas de otros, bien por miedo a no “dar la talla”, no saber argumentar su negativa o por simple pereza y comodidad. Esa dependencia, dificulta el libre ejercicio de la responsabilidad que propicia unas saludables y equilibradas relaciones de interdependencia con los demás, en las que decimos “Si” cuando lo consideramos adecuado y en las que mantenemos discrecionalmente la opción de decir “No”.

Si eres de las personas que tienes dificultades ante el “No” te recomendaría que te marques unas pautas de conducta y trates de aplicarlas siempre que puedas, sobre todo al principio. Estas pautas podrían ser algo así como:
1. Pregúntate si lo que te están pidiendo es algo que realmente quieres hacer, no te dejes llevar por el impulso de decir “Si”.

2. En la medida de lo posible tómate tiempo antes de responder, puede ayudarte un “déjame pensarlo y te digo algo”.

3. Analiza si tienes tiempo para hacerlo, a veces no es que no queramos hacer una cosa, simplemente es que no vamos a poder.

4. Puedes buscar un punto medio si no deseas acceder a la totalidad de la petición que te hagan, en ese caso, di “No” pero proponiendo una alternativa.

5. Si deseas decir “No” se honesto y amable y sin entrar en detalles, solo comenta que otros temas te lo impiden, y recuerda, es mejor hacerlo con una sonrisa que con cara de culpa.

Ten siempre claro que no es lo mismo ceder porque te sientes obligado a hacerlo, que ceder porque lo has decidido así. Lo más importante es que tu sepas lo que es mejor para ti, así es como vas a poder ser tú quien decida cuando decir “Si”, y cuando decir, desde el sosiego “No”.

Si generalmente decimos casi siempre “Si” por una vez que se diga “No” el mundo no se va a parar, es más, al día siguiente el sol volverá a brillar para todos.

2 comentarios:

  1. Simplemente te digo que me ha gustado este tema.
    ah!!! y después de haber leido el de las croquetas, no pasa de mañana que me ponga manos a la obra, ¡¡¡ Que ansiedad por ellas!!

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  2. Me alegro que te haya gustado.
    En cuanto a ponerte manos a la obra con las croquetas, solo puedo decir que lamento no estar más cerca, porque te salían buenísimas. Jajaja.... ¡Qué os aproveche!
    Un largo abrazo.

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