RICOBLOG

RICOBLOG

martes, 8 de febrero de 2011

EL FEEDBACK Y EL AUTOCONOCIMIENTO (3ª y última parte de UNA CONVERSACIÓN)

Bueno esta es nuestra 3ª conversación y como te prometí voy a hablarte del feedback en relación con la ventana de Johari, no obstante, antes de empezar quiero matizar un extremo que tiene que ver con las críticas, de los que se autodenominan ortodoxos del lenguaje, por utilizar el término feedback y no el de retroalimentación. Pues bien, dado que el término retroalimentación tampoco está incluido en el Diccionario de La RAE, yo prefiero seguir utilizando feedback, es más corto y suena más técnico. Jajaja…
El feedback como dice Rick Tate es, “the breakfast of champions”. Solo a los no campeones puede resultar indigesto un buen desayuno, es decir, un feedback enriquecedor.
La receptividad al feedback constituye, sin duda, una cualidad muy útil para todo el que la posea. No es que debamos asentir a todo lo que se nos diga, por inteligente y edificantemente que se haga, pero, acertado o no, todo puede suscitar interesantes reflexiones.
Cuando somos capaces de pedir a los demás su opinión sobre nosotros y somos capaces de asumir lo que nos dicen (que probablemente nos cueste un poco), el feedback se convierte en una potente herramienta de crecimiento personal y profesional.
El feedback recibido puede ser usado para tomar decisiones sobre qué acciones se pueden emprender para aumentar la efectividad en lo que hacemos o para mejorar relaciones con gente que es importante para nosotros.
Las preguntas poderosas tienen la virtud de provocar respuestas significativas.
El feedback es uno de los grandes “secretos” para tener éxito: pedirlo, escucharlo, decidir en consecuencia y después buscar más feedback para comprobar si aquello que mantuviste/añadiste/modificaste/dejaste de hacer funcionó realmente.
Preguntar “¿Qué tal lo hago?” es una manera muy simple de pedir feedback. A primera vista la pregunta puede parecer una muestra de egoísmo, pero si sinceramente quieres feedback, este deseo estará implícito en tu comunicación no-verbal, lo que desactivará las reticencias.
A veces la gente no es 100% honesta porque tiene miedo de herir a la persona que le da feedback o hacerla sentir incómoda, pero la mayoría de las personas van a proporcionar información útil.
Dado que no todo el mundo se sentiría cómodo respondiendo de forma directa a una petición verbal de feedback, puedes realizarlo por escrito, puedes escoger un número de personas importantes para ti y pedirles que contesten dos o más preguntas. Es importante explicar tu intención con el ejercicio antes de hacer las preguntas para que la gente entienda por qué lo estás haciendo y qué es lo que quieres conseguir. Por ejemplo: “La intención de mi petición es recoger información que me permita entender la percepción que personas importantes para mí, tienen sobre las preguntas formuladas, para aumentar mi efectividad personal y profesional. ¡Por favor se sincero y claro en las respuestas. Gracias!”
Cuando mandes las preguntas espera que solo contesten el 60 % de las personas. Así que es mejor que mandes a más personas que menos.
Estas pueden ser algunas de las preguntas que puedes hacer:
  • ¿Cuál es tu percepción de mis puntos fuertes y débiles en mi trabajo?
  • ¿Qué fortalezas debería de aplicar en otras áreas de mi vida?
Te recomiendo que prepares tus propias preguntas.
Cuando recojas la información no te olvides que la gente compartirá sus percepciones y no necesariamente la realidad. ¿Cuál es la diferencia? Las percepciones consisten en como ellos te ven y no necesariamente como eres. Si muchas personas están de acuerdo en alguna de las respuestas y tú lo ves de otra manera significa que tus comportamientos producen ciertas percepciones que no son necesariamente alineadas con tus intenciones. Esto implica que quizás debas de trabajar en ser más efectivo en explicar tus intenciones a la gente.
Cuando hagas el ejercicio debes estar preparado para recibir sorpresas tanto positivas como negativas. Es parte normal del proceso. También es importante que cuando tengas toda la información y tomes una decisión, prepares un plan de acción con dos objetivos sobre cómo aplicar lo que acabas de decidir: En qué áreas vas a trabajar y qué pasos vas a dar para trabajar en esos comportamientos. El ejercicio de recibir feedback es muy productivo aún con las sorpresas. Cuanto más claro tengas cómo te ven los demás, más puedes hacer para mejorar tus relaciones y cambiar percepciones si ese es tu objetivo.
En nuestra anterior conversación te comentaba que provocando nuevas situaciones se pueden propiciar comportamientos distintos y su consecuente información abandonando así el cuadrante “desconocido”, pues bien, mediante el feedback puedes llegar hasta la información del cuadrante “ciego” no conocida por ti aunque sí por los demás.
Te deseo suerte en este proceso y no dudes en comunicarte conmigo si tienes alguna pregunta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario