Si tomamos como punto de partida las particularidades idiomáticas de ambos términos, podríamos decir que también es el punto de llegada o punto final, y es que observemos lo que nos proporciona el diccionario de la RAE:
Carácter: Conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad, que las distingue, por su modo de ser u obrar, de las demás.
Temperamento: Carácter, manera de ser o de reaccionar de las personas,
Podríamos, en consecuencia, hablar de carácter o temperamento de forma indistinta, sin embargo, hay trabajos y publicaciones al respecto que profundizan en el tema marcando diferencias entre uno y otro concepto.
Por ejemplo J. Santos en “La Ruta: un mapa para construir futuros” dice: "el carácter es el sello que nos identifica y diferencia de nuestros semejantes, producto del aprendizaje social.", Esto nos hace pensar que somos personas únicas que poseemos un conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento único que a lo largo de nuestras vidas hemos adquirido.
Por tanto, el carácter probablemente no se manifieste de una forma total y definitiva, si no que pase por un proceso evolutivo que se desarrolla hasta llegar a su completa expresión en el final de la adolescencia.
Por otro lado, J. R. Gaitán en “Concepto de temperamento y carácter” dice: "el temperamento es la base biológica del carácter y está determinado por el proceso fisiológico y factores genéticos que inciden en las manifestaciones conductuales."
Hoy en día se dice que ciertas características del temperamento se deben a procesos fisiológicos del sistema linfático, también debido a la acción endocrina de ciertas hormonas. El temperamento tiene, por tanto, un porcentaje genético nada despreciable.
Aunque también se acepta, de forma general, que los efectos intensos y permanentes del entorno pueden llegar a influir de forma importante en la formación del temperamento de cada individuo.
En definitiva, La Escuela de la Fe, en su trabajo “Temperamento y carácter” concluye: “Con frecuencia se confunden los términos temperamento y carácter. La diferencia es que El temperamento es el conjunto de las inclinaciones íntimas que brotan de la constitución fisiológica de los individuos, El carácter, en cambio, es el conjunto de las disposiciones psicológicas que nacen del temperamento, modificado por la educación y el trabajo de la voluntad y consolidado por el hábito”.
Cuestión de carácter o de temperamento según provenga de la constitución fisiológica o del aprendizaje educacional y experiencial, nos mostramos: Nerviosos, sentimentales, coléricos, apasionados, sanguíneos, flemáticos, apáticos, etc.
Desde la frivolidad que me da el desconocimiento de la materia por carecer de conocimientos psicológicos y sociológicos, percibo ambos conceptos como muy próximos aunque entiendo las diferencias que se establecen desde el terreno científico.
Me quedo con que los efectos intensos y permanentes del entorno pueden influir en el temperamento y me quedo con que el carácter es fruto del aprendizaje social, ya que en ambos casos mediante pequeñas, pero continuas acciones que fortalezcan nuestra voluntad de querer operar cambios, podremos intervenir en ser más como queramos ser.
Y es que el carácter (tal vez con dosis de temperamento) juega un papel de máxima importancia en todas las áreas de nuestra vida y es reto de cada uno de nosotros abrir las puertas del cambio, para poder ser mejores personas, y obtener mejores resultados en cualquier proyecto que desarrollemos.
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