La mitomanía es una enfermedad psicológica que consiste en mentir continuamente, alterando la realidad y haciéndola más soportable.
Pero también es una clara tendencia a mitificar o a admirar exageradamente a personas o cosas, la mitomanía ha llegado a consagrar viejas tradiciones y, desde luego, ejemplos podemos encontrar cada día; este fenómeno puede adquirir grandes dimensiones, y para ponerlo de manifiesto me referiré al que acaba de suceder recientemente, como es el hecho de asumir que una marmota puede predecir el tiempo.
Esta costumbre se remonta a los inmigrantes alemanes llegados a Estados Unidos, en especial al estado de Pensilvania. Los granjeros germanos utilizaban al tejón, que al salir de su guarida en invierno podía tener dos reacciones: si veía su sombra, en un día soleado, se asustaba y volvía a su hibernación por seis semanas más, indicando que continuaba el invierno; pero si al salir no veía su sombra, por no haber sol, pensando que llegaba la primavera, salía confiado (juro que esta teoría he tenido que contrastarla en numerosos artículos, ya que mi racionalidad me hacía pensar que debería ser a la inversa).
Esta tradición se celebra a lo largo de muchas poblaciones de Estados Unidos, sin embargo, la más famosa se celebra en el pueblo de Punxsutawney (Pensilvania), una pequeña población en la que cada 2 de Febrero se intenta predecir la duración del invierno por el comportamiento de una marmota, la famosa marmota Phil, con una tradición de más de un siglo (desde 1887).
Esta tradición se celebra a lo largo de muchas poblaciones de Estados Unidos, sin embargo, la más famosa se celebra en el pueblo de Punxsutawney (Pensilvania), una pequeña población en la que cada 2 de Febrero se intenta predecir la duración del invierno por el comportamiento de una marmota, la famosa marmota Phil, con una tradición de más de un siglo (desde 1887).
Pero aunque aseguran que la marmota nunca se equivoca, y que ha acertado el 100% de sus predicciones, la revista National Geographic publicó un estudio para demostrar más bien lo contrario. Resulta que sólo ha acertado un 28% de las veces, con lo que las predicciones de la marmota Phil desde el punto de vista científico no son tan fiables como desde el punto de vista de la tradición popular.
Pero, si el pronóstico es erróneo, es imposible que Phil se haya equivocado, según indica Bill Deeley, presidente del llamado "Círculo de Confianza de Phil" (Phil’s Inner Circle) y encargado de traducir al público las palabras del roedor tras sacarlo de su madriguera cada 2 de febrero. Él dice: "Habré interpretado mal el marmotés".
Lo que sí es un éxito de la marmota Phil en Punxsutawney y de los “smokineados y encopetados” organizadores del evento, es haberlo convertido en un fenómeno turístico que reúne a más de 35.000 personas durante el segundo martes del mes de febrero, e incluso se han hecho películas como la archiconocida “Atrapado en el tiempo” (Groundhog Day) protagonizada, hace ya 18 años, por Bill Murray y Andie MacDowell.
En el caso de Punxsutawney la mitomanía les proporciona unos buenos ingresos anuales, en 2010 más de 22 millones de dólares (casi 16 millones de euros) gracias en su mayor parte al Día de la Marmota, se anuncie o no una primavera temprana.
Pero…, en el día a día, ¿Cuántas mitomanías nos pueden llevar a confundir la realidad con lo generalmente aceptado? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de actuar conforme a modelos estereotipados y no siempre contrastados? Hace ya algunos años que empecé a pensar sobre estas cuestiones, cuando un “maestro” (que bonita expresión, más que la de profesor) me dijo: “siempre que veas un cartel de banco recién pintado, asegúrate, el cartel puede llevar varios meses puesto”.
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