RICOBLOG

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domingo, 13 de febrero de 2011

1.000, UN NÚMERO REDONDO E IMPONENTE

¡Sorprendido! Sí, tremenda y gratamente sorprendido porque no me lo podía esperar, agradecido ¡TAMBIÉN!
22 de diciembre de 2010, día del sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad, la desconfianza en el azar me lleva a olvidarme del sorteo y dedicarme a otros menesteres.

En esas decidí abrir este Blog como canal de comunicación, como vía de expresión y medio para contar todo aquello que llamaba mi atención y sobre lo que reflexionaba, lo hacía de forma experimental ya que jamás había tenido experiencia alguna en este terreno y desde luego, en ningún caso hubiese esperado alcanzar ¡MIL VISITAS! en tan poco tiempo y es que hoy estamos muy familiarizados con el “MIL”, incluso no nos parece una cantidad elevada, como lo fue en otros tiempos, pero es una cifra “muy, muy grande” y así lo demuestra la historia.
En las primitivas civilizaciones, el 1.000 solía ser el número más alto que tenía una denominación específica, pues en esos tiempos remotos apenas había ocasiones de contar algo que superase ese guarismo, de hecho más que un significado específico en cuanto a número concreto de unidades, tenía un significado abstracto y representativo de “mucho, tal vez más que mucho”.
Los autores bíblicos y salmistas solo disponían para expresar el número más alto del término “MIL” y éste es el que usaban: El Apocalipsis, último libro del Nuevo Testamento dice: “Satán ha quedado atado durante mil años transcurridos los cuales será liberado. A continuación entablará una batalla final en la que el bien acabará prevaleciendo sobre el mal, el mundo acabará y dará paso a un nuevo cielo y una nueva tierra perfectos y eternos”.
A la vista de los acontecimientos actuales parece que la predicción no ha resultado cierta, al menos por ahora, pero claro eso no es imputable al “MIL” que no debemos tomarlo como una medida, ya que solo cabe interpretarle como un término que aludía a un periodo de tiempo muy largo pero de duración indefinida.
Otra propiedad del “MIL” la encontramos en su utilidad numérica, en occidente, el millar es utilizado para separar los grandes números en grupos de tres cifras. Por ejemplo cien millones se escribe 100.000.000, mientras que en el sistema oriental, no es igual pues, los números se separan en grupos de cuatro (por miríadas).
Sin duda 1.000 es un número redondo e imponente que siempre ha ocupado un lugar destacado a lo largo de la historia en un sinfín de variadas situaciones, unas veces de forma explícita y otras no tanto.
Veamos algunos ejemplos:
  • Cuando queremos expresar una cantidad grande e indeterminada echamos mano del “MIL” y utilizamos frases del tipo “Te lo he dicho MIL veces”. ¿Alguien las ha contado alguna vez? También es cierto que hoy en día y por aquello de la inflación la frase va mutando hacia expresiones del tipo “Te lo he dicho UN MILLÓN de veces”.
  • Su presencia destacada en el deporte es manifiesta y baste como ejemplo citar los ATP World Tour Masters 1000, conjunto de nueve torneos de primera línea, e inmediatos en jerarquía de los cuatro Torneos de Gran Slam, lo que prácticamente obliga a participar en ellos a los tenistas de la parte alta del ranking mundial.
  • También lo encontramos en la historia del motor, en 1961 apareció el Simca 1000, un turismo cinco plazas muy enérgico, de ahí que recibiera el sobre-nombre de “el filete del pobre”, es decir, para cinco y con nervio.
  • Pero donde no siempre se explicita el “MIL” o se desdibuja, es en la actividad literaria, generalmente por licencias del autor, por ejemplo mediante el uso del hipérbaton, que como todos sabemos consiste en alterar el orden lógico de los términos que constituyen una frase. Así nos encontramos “Las MIL y una noches” en donde las noches eran mil y la una era Sherezade, el título original sin duda debió ser “Una y las MIL noches”.
  • Otro ejemplo, esta vez por el uso de la hipérbole (Exageración de una circunstancia, relato o noticia) lo encontramos en la Fábula XI de Félix María Samaniego “LAS MOSCAS”, cuando dice: “A un panal de rica miel dos MIL moscas acudieron,…” yo desde luego estoy convencido que no había más de “MIL”, ¿Alguien ha visto, alguna vez, dos mil moscas juntas?
En fin podría seguir citando ejemplos, porque hay “MIL”, pero simplemente quiero deciros a todos ¡MUCHAS GRACIAS!, yo por mi parte prometo seguir esforzándome para que el contador de Cómplices me siga diciendo que este Blog os gusta y os interesa.

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