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viernes, 4 de febrero de 2011

¡NO HAY TUTÍA! ¡HAY QUE HABLAR BIEN POR UEBOS!

Que nadie se asuste, no me he vuelto loco y el título no es un atentado ortográfico ni una expresión vulgar y malsonante, es simplemente lo que se conoce como “etimología popular”.
Cuándo la gente escucha estas expresiones lo que generalmente hace es transformar una expresión desconocida en una expresión aparentemente reconocible, eso les lleva a la interpretación: ¡No hay tu tía! ¡Hay que hablar bien por huevos!, y aunque los significados pudiesen llegar a estar próximos, existen matices que establecen alguna distancia.
Empezaremos con la primera parte de la frase, ¡No hay tutía! Tutía es una antigua palabra procedente del árabe hispánico y ya en desuso, en concreto era una variante de “atutía” que era el nombre que se daba al oxido de zinc, con el que se elaboraba un ungüento de uso generalizado; la expresión “no hay tutía”, significaba “no hay ungüento”, es decir, “no hay remedio” o “no hay solución”, como en la actualidad se desconoce el término “tutía”, suponemos con toda naturalidad que debería ser “tu tía”.
En cuanto a la segunda parte de la frase, podríamos recordar que la expresión “Manda uebos” se puso de moda tras ser pronunciada, hace unos cuantos años, por el entonces presidente del Congreso Federico Trillo, expresión fuertemente contestada al ser interpretada como “Manda huevos”.
Que los “uebos” los ponen las gallinas es algo que cualquier niño sabe, un poco más adelante llega a comprender que no es exclusivo de las gallinas sino que es algo genérico de las aves, ya de adulto percibirá una sensación de escalofrío al echar de menos la “h” y la “v”, se espantará ante tal sacrilegio ortográfico: “sin h y con b” ¡Dios mío!
Pero la realidad es que “uebos” es un sustantivo arcáico proveniente del latín, vocablo que La RAE define como “Necesidad, cosa necesaria”, obsérvese que lejos de lo que podría parecer ni siquiera es plural.
Su uso es casi siempre exclamativo, una especie de reniego para dejar claro que se hace algo a regañadientes aunque sea necesario hacerlo, ese uso de contrariedad, no preciso en sus orígenes, y el desconocimiento del vocablo ha llevado a la errónea transformación de “Manda uebos” en “Manda huevos” y que rizando el rizo y en ambientes, llamémosles más coloquiales, llegan a transformar en “Manda cojones”, segunda derivada más errónea aun.
En definitiva: ¡No hay tutía! ¡Hay que hablar bien por uebos!, no es ningún disparate, simplemente quiere decir, ¡No hay remedio! ¡Es necesario hablar correctamente!.
Bueno, si en algún momento uno tiene ganas de desahogarse puede soltar un “uebos” alto y sonoro y tras sentirse mejor aclarar que es sin “h” y desde luego con “b”, de esta forma uno es una persona culta y bienhablada en lugar de un “malhablado”.

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