RICOBLOG

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lunes, 20 de junio de 2011

LA FUERZA DEL PODER PERSONAL

No soy religioso, filósofo o psicólogo, tampoco practico Zen, ni yoga, soy simplemente un proyecto permanente de hombre que desde hace años busca transitar por el camino del éxito, siendo consciente que la base está en el crecimiento y poder personal.

El poder personal es el que nos va a permitir moldear nuestra propia vida, representa nuestra capacidad ante la posibilidad de elegir y asumir la responsabilidad de las decisiones que tomemos; pero el poder personal generalmente se encuentra disperso entre nuestras conductas limitantes, si logramos concentrarlo recuperamos ese poder personal que hemos entregado a esas conductas que nos limitan, el poder que hemos entregado al pasado, al futuro, a las circunstancias, incluso que hemos entregado a otras personas que condicionan nuestras decisiones.
Para transitar por el camino del poder personal no existen planos ni mapas que nos marquen el itinerario, es más, elegir el camino deseado “de corazón” nos obliga a veces a desdeñar sendas que parecen más seguras, más transitadas, sendas que nos muestran resultados probables de éxito pero que no están en la onda de nuestro corazón; este tipo de sendas nos pueden llevar, por ejemplo, a elegir una carrera o profesión que nos presenta un más que posible bienestar económico pero que, como precio, exige renunciar a nuestra vocación.
Mediante el poder personal es factible abandonar el patrón de víctima-dependiente que nos hace depender de los demás y de las circunstancias (el llamado destino) y es que la mayoría de las personas solemos responder y reaccionar de manera automática (inconscientemente) según nuestros mapas mentales (valores, creencias, prejuicios, etc.). El verdadero poder personal procede del hecho de saber que puedes elegir como quieres reaccionar y responder a todo lo externo. No es necesario cambiar a los demás, lo necesario es cambiar nuestra forma de reaccionar ante ellos.
Platón dijo: “El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas; y los sentimientos los caballos”. Es decir, para tomar las riendas de nuestra vida tenemos que tomar el control de nuestros pensamientos. Nuestros pensamientos dan dirección al cauce de nuestro camino; nuestros sentimientos prueban el agarre en las riendas del pensamiento y en un momento de descuido las soltamos. Cuando ocurra esto, nuestro carruaje dará vueltas sin dirección y sin destino; el tomar control nuevamente de las riendas del pensamiento es difícil; mientras tanto los caballos del sentimiento corren sin restricción; y dado que nuestras emociones pueden ser rebeldes y compulsivas, para que no se descontrolen hay que mantener las riendas del pensamiento.
También es frecuente que, aun con nuestra “asignatura pendiente”, queremos mostrar a otros cual es el “camino correcto” y nos ponemos a dar consejos o presionamos a nuestros hijos para que hagan una cosa o dejen de hacer otra; esos consejos suelen estar bien si el objetivo es la obtención y acumulación de objetos materiales y signos externos de poder, pero no para vivir con intensidad y plenitud, desplegando todo nuestro potencial para ser mejores personas.
El camino con “corazón” es el camino del desarrollo del poder personal, es un compromiso con la autenticidad con nosotros mismos. Es hacer aquello que nos hace sentir plenos y en lo que creemos desde lo más íntimo de nuestro ser. No existe, a priori, una forma de ser o de actuar que sea la indicada, solo escuchando nuestra voz interior sabremos cual es nuestro camino, ya que será el que nos posibilite ser lo que realmente queremos ser.
Como decía el Principito: “Es con el corazón como vemos correctamente; lo esencial es invisible a los ojos”.

2 comentarios:

  1. En ese punto donde nos ponemos a dar consejos o presionamos a nuestros hijos, etc... desviándolos de su verdadero camino, de lo que realmente les gusta, pero si solo es eso, aún están a tiempo. Lo malo es que no sea un consejo, sino una imposición, que tu como hijo bueno cumples, y vas dejando de escuchar la voz interior que te está indicando el camino que tu realmente quieres seguir, los aaños pasan y al final solo queda una frustración.

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  2. ¡Cierto! Y es una verdadera pena que así sea, pero pienso que lamentablemente sucede en bastantes ocasiones.
    Un largo abrazo.

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