La definición académica
de histrionismo en su primera acepción es la de “oficio de histrión”, que a su
vez se define como “actor teatral” o “persona que se expresa con afectación o
exageración propia de un actor teatral”. No obstante, en la actualidad el
término histrionismo nos conduce a razonar sobre un factor de trastorno de
personalidad, nos hace pensar en personas que expresan de manera exagerada sus
emociones.
Una personalidad
histriónica propicia la vanidad, el egocentrismo e incluso la dramatización de
las conductas propias, en busca de la aceptación y atención de quién les rodea,
pero finalmente resulta una excesiva búsqueda de esa aceptación y atención, lo
que exige al histriónico a echar mano de su mejor plumaje para este cortejo
social.
Y ¿Cuáles son esas
mejores galas? Fundamentalmente son dos: O la seducción o el victimismo. Dentro
del ámbito de la seducción cabe el engaño con arte y maña, así como embargar o
cautivar el ánimo de otros; mientras que el victimismo consiste en tratar de
que los demás te consideren víctima, es decir, una persona dañada por culpa
ajena o causas fortuitas, no siendo preciso serlo pero si representarlo para
que resulte convincente.
Ambas estrategias
persiguen resultados similares y si bien es cierto que mientras una se basa en
la capacidad de relación y desenvolvimiento social, la otra apela a la
compasión. Sin embargo, el resultado final es coincidente: Sí se logra el
objetivo, el histriónico y el victimista consiguen colocarse en el centro de
atención de los demás. Lo que sucede en caso contrario también es coincidente,
no importa la estrategia utilizada, si el fin no se logra aparecen episodios de
ansiedad y reacciones de carácter “explosivo” en su comportamiento personal.
El histriónico
puede presentar fuertes depresiones, esto le empujará a prácticas
desaconsejables (me cuesta mencionarlo pero pueden aparecer sustancias como las
drogas o el alcohol) y en todo caso aunque sea más leve presentará importantes
fluctuaciones en su estado de ánimo, pero una y otra situación lejos de
acercarle a su objetivo se comportará como una espiral, que le va alejando
progresivamente del centro o meta que persigue.
En mi opinión el
histriónico no puede incluirse en el grupo de inadaptados sociales, aunque en
ocasiones el trato con ellos puede resultar incómodo, cuando no difícil;
profundizando un poco en características que pueden ser observadas en personas
con lo que creo que supone un trastorno de personalidad he encontrado los
siguientes síntomas:
- Necesidad de ser el centro de atención.
- Actuar de un modo seductor y provocador.
- Expresión emocional superficial y cambios frecuentes.
- Excesiva sensibilidad ante las críticas.
- Utilización del aspecto físico para llamar la atención.
- Deslizar las culpas de los fracasos o decepciones hacia otras personas como responsables de ellas.
- Dramatismo y teatralidad en su expresión emocional.
- Fácilmente sugestionable.
Presentar alguno de
estos síntomas no te confiere la condición de histriónico, porque el que más o
el que menos tiene algún momento de histrionismo en su vida, el problema surge
si se da la coincidencia, de forma habitual, de cuatro o más de esos factores y
es que esa suma te aporta un elemento más y definitivo, “La autonegación del
problema”.
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