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domingo, 2 de diciembre de 2012

HISTRIONISMO ¿UN CORTEJO SOCIAL?



La definición académica de histrionismo en su primera acepción es la de “oficio de histrión”, que a su vez se define como “actor teatral” o “persona que se expresa con afectación o exageración propia de un actor teatral”. No obstante, en la actualidad el término histrionismo nos conduce a razonar sobre un factor de trastorno de personalidad, nos hace pensar en personas que expresan de manera exagerada sus emociones.
Una personalidad histriónica propicia la vanidad, el egocentrismo e incluso la dramatización de las conductas propias, en busca de la aceptación y atención de quién les rodea, pero finalmente resulta una excesiva búsqueda de esa aceptación y atención, lo que exige al histriónico a echar mano de su mejor plumaje para este cortejo social.
Y ¿Cuáles son esas mejores galas? Fundamentalmente son dos: O la seducción o el victimismo. Dentro del ámbito de la seducción cabe el engaño con arte y maña, así como embargar o cautivar el ánimo de otros; mientras que el victimismo consiste en tratar de que los demás te consideren víctima, es decir, una persona dañada por culpa ajena o causas fortuitas, no siendo preciso serlo pero si representarlo para que resulte convincente.
Ambas estrategias persiguen resultados similares y si bien es cierto que mientras una se basa en la capacidad de relación y desenvolvimiento social, la otra apela a la compasión. Sin embargo, el resultado final es coincidente: Sí se logra el objetivo, el histriónico y el victimista consiguen colocarse en el centro de atención de los demás. Lo que sucede en caso contrario también es coincidente, no importa la estrategia utilizada, si el fin no se logra aparecen episodios de ansiedad y reacciones de carácter “explosivo” en su comportamiento personal.
El histriónico puede presentar fuertes depresiones, esto le empujará a prácticas desaconsejables (me cuesta mencionarlo pero pueden aparecer sustancias como las drogas o el alcohol) y en todo caso aunque sea más leve presentará importantes fluctuaciones en su estado de ánimo, pero una y otra situación lejos de acercarle a su objetivo se comportará como una espiral, que le va alejando progresivamente del centro o meta que persigue.
En mi opinión el histriónico no puede incluirse en el grupo de inadaptados sociales, aunque en ocasiones el trato con ellos puede resultar incómodo, cuando no difícil; profundizando un poco en características que pueden ser observadas en personas con lo que creo que supone un trastorno de personalidad he encontrado los siguientes síntomas:

  • Necesidad de ser el centro de atención.
  • Actuar de un modo seductor y provocador.
  • Expresión emocional superficial y cambios frecuentes.
  • Excesiva sensibilidad ante las críticas.
  • Utilización del aspecto físico para llamar la atención.
  • Deslizar las culpas de los fracasos o decepciones hacia otras personas como responsables de ellas.
  • Dramatismo y teatralidad en su expresión emocional.
  • Fácilmente sugestionable.

Presentar alguno de estos síntomas no te confiere la condición de histriónico, porque el que más o el que menos tiene algún momento de histrionismo en su vida, el problema surge si se da la coincidencia, de forma habitual, de cuatro o más de esos factores y es que esa suma te aporta un elemento más y definitivo, “La autonegación del problema”.

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