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jueves, 19 de enero de 2012

¿EXALTADO O AGRESIVO?

¿Eres una persona exaltada o agresiva? Exaltarse provoca un arrebato de pasión que nos lleva a perder la moderación y la calma, pero cuando a esa pérdida de moderación o calma se suma la tendencia a actuar o responder violentamente, hemos dejado la exaltación para posicionarnos en el ámbito de la agresividad.

Agresividad es cualquier acción o reacción que implique provocación o ataque. No importa su grado o intensidad y no es privativa de actos físicos, la agresividad puede ser verbal como es el caso de los insultos e incluso no verbal a través de gestos y ademanes.

Además de poder provocar daño físico en las víctimas, la agresividad puede ser utilizada para coaccionar e influir en el comportamiento de otras personas. Una de las formas más usuales de manejar la ansiedad propia es por medio del poder, un poder que llega a pretenderse a  través del miedo que la agresividad genera en los demás. Pretende instaurar una relación poder/sumisión.

Una persona agresiva intenta imponer su punto de vista, sus derechos o la satisfacción de sus necesidades, empleando estrategias que suelen generar miedo, culpa o vergüenza.
Pero la agresividad, al igual que la ansiedad son reacciones que aparecen ante estímulos y situaciones que nos afectan y es un comportamiento normal y necesario para la supervivencia. Funcionalmente la agresividad se manifiesta como una reacción ante aquello que causa ira o tristeza y se considera más sano reaccionar con ira que con miedo; el miedo paraliza y puede llevar a la inacción, mientras que la ira busca la supervivencia mediante la acción.
Lo importante es saber cómo manejarla y regularla. Cuando una persona no tiene la capacidad de controlar sus impulsos y permite que sus reacciones agresivas afloren de manera indiscriminada tiene efectos negativos. En estos casos, se torna en un estado emocional consistente en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto.
Por eso, la agresividad adquiere su máxima toxicidad para la persona, cuando es ejercida desde el convencimiento de ser una estrategia lícita para prevalecer sobre otras ideas, cosas o personas y lo hace sin importar el agravio que infringe.
La agresividad se expande, se contagia y destruye, la agresividad no es la solución a nada; por ello, y dado que aun no se ha inventado la calmatinina 600, si alguna vez percibes en ti algún brote de agresividad recuerda que principalmente haces daño a quienes te rodean y te quieren.

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