Nuestro Diccionario
define, en su primera acepción, al “Pícaro” como: Bajo, ruin, doloso, falto de
honra y vergüenza. Una versión más romántica, que no encontramos hasta su
quinta acepción, coincide con la novela picaresca que le presentaba como:
Astuto y taimado que con arte y disimulo lograba lo que deseaba. Esa literatura
picaresca tiene su origen entre el siglo XVI y el siglo XVII en plena
transición de Romanticismo al Barroco, siendo representantes significativos de
ella “El Lazarillo de Tormes” de autor controvertido, “El Buscón” de Francisco
de Quevedo e incluso “El Libro del Buen Amor” en el que el Arcipreste de Hita
se muestra como hombre ligero, malicioso, sensual y conocedor de malas mañas,
pese a su condición eclesiástica.
La figura del
pícaro nació ante las desigualdades sociales y económicas en la que los ricos
(nobles o aparentemente nobles) vivían en la opulencia y los pobres en la
miseria; sin duda una injusticia social que les llevaba a pensar que daba lo mismo
ser honesto que pícaro y si las autoridades eran arbitrarias lo mejor era
burlarlas.
En la novela
picaresca se vislumbra un aire fatalista que respiraban quienes eran
conscientes de que no podrían escapar a su destino, permaneciendo atrapados por
una sociedad férreamente estratificada y dominada por una minoría
“sobresaliente”.
Hoy han pasado
entre cuatro y cinco siglos de aquella novela picaresca, ¿Cómo la escribirían,
en la actualidad, nuestros insignes literatos del siglo de oro?
No sé si es que la picaresca
forma parte del ADN de nuestra especie como un gen hereditario inevitable o que
no somos capaces de erradicar la injusticia social cuna de dicha picaresca,
pero lo cierto es que esta subsiste, evidentemente evolucionada para adaptarse
a los tiempos actuales, pero las desigualdades sociales y económicas siguen
siendo una triste realidad y mantenemos una sociedad férreamente estratificada
y dominada por una minoría “sobresaliente que vive en la opulencia”.
En esta minoría
“sobresaliente” se mueve como pez en el agua quién es “bajo, ruin, doloso,
falto de honra y vergüenza”, es decir, un pícaro conforme a la primera acepción
de la RAE y no son nobles, aunque pueda haber alguno que incluso se aprovecha
de su pretendida o sobrevenida “nobleza”. Los más claros exponentes de esta
casta los encontramos entre políticos, banqueros, capos de todo tipo de mafias,
grandes empresarios, personajes del clientelismo sindical y la pléyade de
amigotes de todos ellos, y han sustituido las mañas y la seducción por las
comisiones, subvenciones, el tráfico de influencias o tratos de favor, todo
ello es una estafa pero cuando esta es enorme incluso llega a adoptar un nombre
decente.
Entre los
componentes del estrato “dominado” encontraremos al “astuto y taimado que con
arte y disimulo pretende lograr lo que desea”, es decir, un pícaro conforme a
la quinta acepción de la RAE; los perfiles que hallaremos entre ellos responderán
principalmente a personas de recursos escasos, como parados, pensionistas o
mileuristas, no obstante también podemos encontrar a los que podríamos
denominar “espabilados” o “aprovechados”, mientras unos sufren y lo pasan mal,
otros transforman las mañas y la seducción por prácticas tramposas, como
simultanear una prestación por desempleo con el cobro por chapuzas, facturar o
ser facturado sin el correspondiente IVA, o no declarar determinados ingresos
como por ejemplo el importe de un alquiler.
Tanto las prácticas
de los pícaros “dominantes” como de los pícaros “dominados” son perjudiciales
para el resto del colectivo que cumple con honestidad, aunque hay que reconocer
que la intensidad no es la misma, las trampas de los pícaro “dominantes” suelen
ser multimillonarias y acaban siendo una fábrica de pícaros “dominados”.
En mi opinión, ya
no sé si la picaresca puede seguir llamándose así, a mi el cuerpo me pide
llamarlo sinvergonzonería e incluso atraco social y eso es porque la cultura
ingeniosa del pícaro medieval ha sido desplazada por la cultura del “todo vale”,
la pregunta es ¿Y cómo será la picaresca dentro de otros cuatro o cinco siglos?
¡Ojala haya desaparecido de la faz de la tierra!
No hay comentarios:
Publicar un comentario