El vocablo castellano “post” (o “pos”, pues
ambas formas son correctas) representa un prefijo que significa “después de”, o simplemente “después”. Sin embargo, el vocablo
inglés post, en Internet en general y en el contexto específico de los blogs en particular, es sinónimo de
“entrada o artículo” y aunque reconozco que el término “post” probablemente
suene más moderno y cada vez más utilizado, desde mi anclaje lingüístico sigo
prefiriendo el uso del término “entrada”, aún reconociendo haber empleado
ocasionalmente la variante anglosajona.
Este preámbulo viene a cuento de una reciente
conversación que mantuve con alguien, tan solo hace unos días, en la que me
confesaba su extrañeza por la disparidad de mis “posts” en Ricoblog. Aunque mi primera intención fue responderle
sobre la marcha, algo me detuvo, pensé que era preferible conocer qué razones
le hacían pensar así y a qué tipo de disparidad se refería en mis “entradas” antes de replicar:
¿Temática, calidad, estilo…?, mi pregunta fue sencilla ¿Qué encuentras en mis
artículos que te hacen pensar eso? Cómo he comentado en otras ocasiones, evité
la fórmula ¿Por qué…?, pues no me interesaba la causalidad de su afirmación,
sino sus posibles sugerencias que son las que podrían resultarme útiles.
Me dijo: “En mi opinión, en Ricoblog se mezclan posts que me
parecen de una profundidad reflexiva interesante, con otros de cierta
superficialidad o frivolidad en clave de humor, y ambos se mezclan con
pretendidos tratados de gastronomía tradicional e incluso alguna que otra
aventura con afanes literarios en eso que llamas Mis Quimeras”.
Confieso que lo
primero que me agradó fue que iniciase sus argumentos con la expresión “en mi
opinión…”; siempre he pensado que quién comienza una argumentación o un juicio
de esa manera, implícitamente está admitiendo que pueden existir otros criterios
diferentes al suyo, posición que sin duda posibilita el diálogo y con ello el intercambio
de opiniones.
Pero ahora la
pelota estaba en mi tejado. Una crítica constructiva, reflejo de un acto de
sinceridad, era acreedora de una respuesta por mi parte y desde luego no
pensaba escabullirme para eludir la solidez de las afirmaciones recibidas. Por
ello me tome unos breves segundos, respire hondo para lograr el sosiego que
creía necesitar y me dispuse a contestar.
Tras descartar la
respuesta ¡Porque en la variedad está el gusto!, que me sonaba a escapada
facilona, me dispuse a darle mi opinión, por supuesto sin rechazar sus
razonados argumentos y dejando la posibilidad del debate abierto.
Le dije: “Tal vez tengas razón, no lo había considerado
desde ese punto de vista, aunque en mi opinión, las posibles disparidades
existentes en Ricoblog residen en el resultado final de todas y cada una de las
“entradas” que publico, pero no en su esencia, ya que todas ellas son fruto de
mi reflexión y esta no puede evitar estar íntimamente ligada al estado de ánimo
de cada momento y desde luego según te sientes así te expresas; yo no deseo ser
permanentemente profundo, ni frívolo o superficial, ni un entendido en
gastronomía y mucho menos un literato; me reconozco como una persona abierta a
la diversidad y en ella me siento cómodo, hace tiempo que aprendí a vivir en la
pluralidad, tanto en la mía como en la de los demás”.
Al final estuvimos
de acuerdo en una cosa, no importa tener opiniones distintas sí ofreces las
tuyas y respetas las ajenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario