RICOBLOG

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miércoles, 3 de octubre de 2012

EL RUIDO INTERNO



La vida es movimiento y todo movimiento acaba con un resultado, esperado o no, y da lugar a un movimiento nuevo, pero el problema no está en el movimiento en sí mismo, sino en la velocidad a la que los ejecutamos; vivimos a ritmo vertiginoso y ese no parar nos impide mejorar la perspectiva de todo lo que nos rodea.
Vamos por el camino sin detenernos en ningún momento, con prisas, y sin disfrutar del momento, del paisaje o del camino, a veces me pregunto ¿Y si la felicidad consiste en saborear el camino, en disfrutar de él?, y aunque así no fuera ¿A dónde vamos tan deprisa? Quizás vamos tan rápido con el único objetivo de huir de nosotros mismos, de escapar de nuestros miedos y limitaciones.
Son muchas las personas que habiendo cumplido con todas sus obligaciones o responsabilidades continúan hiperactivas dispuestas a hacer cualquier cosa menos estar consigo mismas en el sosiego, en la quietud y sin hacer nada.
Otras, muchas menos, llegan a entender la importancia del silencio como elemento potenciador de “un empezar de nuevo”, esas personas disminuyen e incluso eliminan temporalmente los infinitos ruidos que nos rodean, pero inmediatamente que perciben ese intervalo vacio de todo lo que no sea silencio, tratan de llenarlo con “ruido interno”, un ruido interno que se genera por la actividad de pensamientos viejos, que puede llegar a ser incontrolable y evitar que la persona se abra a lo nuevo, más allá de estructuras rígidas condicionadas por el pasado.
Pero ¿Qué implica evitar el ruido interno? ¡La ausencia de ruido!, una vez logrado estaremos ante el silencio exterior y el silencio interior, lo que nos proporcionará un espacio productivo, que ni recrimina ni exige nada, que no nos obliga a huir de nosotros mismos. Provocar el silencio exterior puede llegar a resultar razonablemente fácil, provocar el silencio interior es harto difícil, pero quién lo logra obtiene además: relax, equilibrio y fortaleza para romper cadenas que le podrían esclavizar ante los planes, proyectos y compromisos de futuro.
La dificultad o el miedo al resultado hacen que muchas personas busquen desesperadamente obligaciones con las que estar ocupados, mantienen así un determinado nivel de ruido interno que les proporciona cierto confort, aunque simultáneamente les priva del placentero refugio de la serenidad personal, único camino capaz de conducirte al descubrimiento del auténtico valor que tienen las cosas más comunes y el interés verdadero que llegan a despertar en ti.

2 comentarios:

  1. En un mundo que van tan aprisa muchas veces creemos que es imposible darle un stop a nuestra vida y aprender a sacarle provecho al silencio. Muy buena reflexion.

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  2. Permanecer en el silencio es mucho más complicado que hacerlo en el ruido, este nos proporciona más oportunidades de no mostrarnos.

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