Antepenúltima es la
posición que algo o alguien ocupa cuando se establece un orden o clasificación
conforme a cualquier tipo de criterio; la posición antepenúltima implica estar
inmediatamente por delante de la penúltima que es inmediatamente anterior a la
última o postrera. Sin embargo, para que pueda existir la posición
antepenúltima, el colectivo clasificado ha de contar al menos con tres unidades,
cosas o personas a ordenar, y curiosamente en un colectivo de tres la posición primera
y la posición antepenúltima son coincidentes, aunque suenen tan diferentes, “la
primera” nos suena a triunfo, mientras que “la antepenúltima” nos lleva a
pensar en un pobre resultado.
Yo quiero referirme
a una auténtica antepenúltima, en concreto se trata de la letra “X” antepenúltima
de nuestra abecedario o como podría decirse en términos vulgares “es la tercera
por la cola”, una letra que ocupa menos de media página en nuestro diccionario
de la RAE y que las palabras más destacadas que nos ofrece son xenofobia y
xerocopia, presumiblemente poco usuales en el acervo común de las personas, en
un plano de comunicación cotidiano.
Pero la “X” es
rebelde e inconformista, por eso y como no se detiene ante la triste vida de
una letra poco usual, ha logrado conquistar otros espacios que a priori parecen
no pertenecerle, ¿Transformismo o alquimia gramatical? ¿Suplantación? Lo cierto
es que su presencia, por habitual, no es cuestionada por nadie, ¡Siempre ha
estado ahí!
La descubrimos en
el colegio, primero formando parte de los números romanos; la “X” era igual a
diez y a partir de ahí formaba parte en la construcción de infinitas cifras, posteriormente
como elemento matemático que
representaba el signo de la multiplicación y más adelante como variable algebraica,
siendo la “X” la representación escrita de la denominada incógnita a determinar
en las ecuaciones, aun recuerdo ax2 + bx + c = 0, donde a, b y c
eran números y había que determinar el valor de “X”.
También se hizo un
hueco como factor demográfico consiguiendo que se encuadrara como “Generación X”
a todas aquellas personas nacidas con posterioridad al “baby boom”, es decir
desde 1970 hasta 1981 y cuyas características predominantes no son objeto de
esta entrada.
El ocio tampoco se
libró de la “X”, la recuerdo en los boletos de “Apuestas Deportivas Benéficas”,
familiarmente conocidos como “Quiniela”, donde la “X” recogía, como resultado,
el empate de los dos equipos en competición. Y algunos años después, como
código moral tras la apertura y relajación de la censura, donde la “X” se
convirtió en un aviso de aquellas películas que presentaban un alto contenido
erótico o porno.
Para la “X” todo espacio
es limitante por lo que permanentemente procura ampliar o acentuar su
presencia, como lo hizo en el terreno de la indefinición, incertidumbre o
intriga y encontramos expresiones o titulares como: “llámalo X” expresión
popular perteneciente al terreno de la indefinición, “Factor X” o programa
televisivo, de ámbito internacional, en
busca del talento innato y oculto, e incluso “Expediente X”, título elegido
para recoger las intrigas y secretos oficiales más profundos, que narrados en
clave de ficción, se desea no lleguen al común de los mortales, por no citar
Malcom X o X-Men.
Posiblemente
entendiendo que sus límites clásicos envejecían, la “X” da una pirueta mimética
para actualizarse y hacerse un hueco en el terreno de la criptografía SMS, y se
presenta como un grafismo de fuerte presencia, lo encontramos en expresiones
como: “xD” (que creo dice “por Dios”) o “xK” algo más complicada pues podría
ser “porqué, porque, por qué, o por que”, esperemos que el contexto facilite su
comprensión.
Sin duda cabría
algún ejemplo más sobre el pluralismo de la “X”, pero deseo terminar con lo que
me parece su mayor expresión, vigente hace años y vigente en la actualidad,
aunque es cierto que en ella precisa de una clara asociación con la vocal “e”,
juntas forman “ex” y manifiestan o informan ¡Sobre lo que fue y ha dejado de ser!
Pero la "X" es algo más, es la muestra de que hay cosas que parecen ser y ya no son, o que podrían ser si te empeñas.
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