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domingo, 28 de octubre de 2012

LA FELICIDAD ¿UTOPÍA O REALIDAD?



No tengo la menor duda de que todos deseamos la felicidad, anhelamos encontrarnos en ese estado de ánimo que nos complace, sin embargo dicho estado, a veces, nos proporciona un cierto sabor agridulce, junto a ese estado satisfactorio por el que incluso suspiramos, presentimos la sombra de un cierto temor a que se desvanezca.
¿Por qué nos sucede esto? ¿Cómo podemos hacer más firme nuestro estado de felicidad? ¿Cómo minimizar esa sensación que nos puede evitar disfrutar plenamente de una situación tan deseada? Seguramente sería recomendable reflexionar sobre los motivos que propician que esto suceda.
En mi opinión, nuestro gran carcelero es el adverbio “Cuándo”. Él es el responsable de amortiguar nuestro presente, proyectando nuestra imagen de felicidad hacia el futuro y nos decimos una y otra vez: “Cuando llegue…”, “Cuando tenga…”, “Cuándo… Cuándo… Cuándo…”, un soniquete machacón, probablemente poco intenso pero continuado, que cercena nuestra capacidad de disfrutar del presente, a la espera de que lo que soñamos y deseamos sea una realidad.
Una fuerte fragmentación entre nuestro presente y nuestro futuro, puede acabar convirtiéndose en una fuente de infelicidad; personalmente defiendo la necesidad de tener sueños y más concretamente metas y objetivos de futuro que nos proporcionen un carácter de propósito y compromiso con nuestra vida, incluso confiando en el feliz resultado final, pero con la mesura suficiente que no imposibiliten o nublen apreciar las oportunidades del momento.
Es ahora, en este momento, cuando hemos de ser capaces de apreciar y disfrutar de todo lo que nos rodea, familia, amigos, compañeros, emociones y cuantas situaciones o cosas se te ocurran añadir a esta lista, ¿Por qué si no es ahora? ¿Cuándo?, nada te garantiza que en el futuro vas a ser capaz de valorar y disfrutar de lo que te acontezca.
El peligro de una conducta feliz basada en el futuro supone caer en el “esperar” de forma permanente, sin embargo la verdadera felicidad reside en disfrutar “del momento de cada momento”, con sus pequeñas cosas; una caricia, una mirada, una frase, si lo analizas hay cientos de ellas cada día, abraza las que te hacen sentir bien y canaliza las demás como simples experiencias de aprendizaje.
Si no eres capaz de ser feliz ahora con lo que tienes, ¿Qué garantía tienes de ser feliz con lo que te gustaría tener? Y si además no lo consigues o es diferente a lo que esperabas, encontrarás frustración en lugar de felicidad ¡Lucha por lo que sueñas! ¡Pelea por lo que deseas! ¡No te rindas a tus metas de futuro! Pero… Disfruta y se feliz con tu presente.
La felicidad es reconocer y alienarse con la esencia de quién se es realmente, sin renunciar a lo que se quiere ser. No permitas que el futuro te alcance esperando la felicidad. En ti, y solo en ti, se encuentra la facultad y capacidad para ser feliz hoy y mañana.
Ser feliz es acercarte a tu verdadera autenticidad y no a la pretendida ¡LA FELICIDAD DESDE HOY, SIN ESPERAR A MAÑANA!

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