Hace unos meses edité un post, concretamente el “Ricoblog
Exprés Coaching 5” con un breve flash sobre “¿PREOCUPARSE U OCUPARSE?” Hoy
quisiera hacer una reflexión más pausada al respecto.
Stephen Leacock escribió: “¡qué extraño es nuestro breve
paso por la vida! El niño dice: cuando sea grande. El chico grande dice: cuando
sea mayor. El mayor dice: cuando me case. El casado: cuando me retire. Cuando
llega el retiro, se vuelve la vista hacia el camino viajado, parece correr por
él un viento frío. Hay algo que no se ha logrado y que desaparece. La vida,
según lo aprendemos demasiado tarde, está en vivir, en el tejido de cada día y
cada hora.”
Y en mi opinión vivir pertenece al presente; El pasado
son recuerdos que pueden llegar incluso a ser confusos y a veces erróneos, y el
futuro suele contener anhelos, tal vez demasiados. Tanto el pasado como el
futuro, aunque sea por razones diferentes, nos pueden provocar emociones
similares: Ansiedad y estrés, y supongo que nadie albergará dudas de que de una
u otra manera aflorará cierto nivel de intranquilidad, es decir, preocupación.
Solo el presente me va a permitir “OCUPARME” de mis tres
ámbitos temporales, en lugar de preocuparme por ellos:
Sobre
el pasado: Alguna vez habremos leído u oído que no tiene sentido preocuparse
por las cosas que ya pasaron, ¡Lo hecho, hecho está! Esto es cierto, pero
podemos “ocuparnos” de la imagen que tenemos de ello, no aferrarnos a lo que
recordamos que creemos que pasó y como nos hizo sentir, sino analizar que
hicimos con lo que pasó, solo así lo transformaremos en un aprendizaje y nos
será útil para hoy y para mañana, es decir, nuestro presente y nuestro futuro.
Sobre
el futuro: El mañana es inevitable, en una ocasión oí decir que el
futuro es el presente continuo, pero también es inevitable que en lo que está
por venir depositemos ciertos sueños, podemos “ocuparnos” hoy de ellos y
controlar nuestro posible exceso de vehemencia, con la adecuada planificación y
un ponderado análisis sobre la viabilidad de nuestros proyectos.
Sobre
el presente: Al “ocuparte” de tu presente estás moldeando
lo que se convertirá en tu pasado y orientando lo que aun es futuro, pero para
hacerlo de forma correcta debes despojarte de banalidades y centrarte en los
hechos, nunca en suposiciones; nuestro mundo está lleno de opiniones sin
contrastar, que se generan desde valores, prejuicios y experiencias de cada uno
y por ello, no todas tienen por qué ser válidas para ti.
Aun nos quedaría una pregunta por responder: ¿Realmente
es posible que mediante la “ocupación” podamos hacer desaparecer o atenuar la
“preocupación”? Mi respuesta es afirmativa, cuando nos “ocupamos”
verdaderamente de algo, lo hacemos con entusiasmo, lo hacemos porque nos parece
algo de interés o nos ilusiona, esta emoción de entusiasmo es incompatible con
la de “preocupación”, estas emociones se anulan una a la otra, o estamos
entusiasmados o estamos agobiados, nadie puede estar entusiasmadamente agobiado
o agobiadamente entusiasmado.
Quisiera terminar con una anécdota que desconozco si es
cierta o no pero que ilustraría todo lo anterior, dicen que Winston Churchill
trabajaba 18 horas diarias durante la segunda guerra mundial. Cuando se le
preguntó si no le preocupaban sus tremendas responsabilidades, contestó: “estoy
demasiado ocupado. No tengo tiempo de preocuparme”.
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