SEPTIEMBRE, ¡FELIZ AÑO NUEVO!

Septiembre, ¡FELIZ AÑO NUEVO! No, no me he vuelto loco, siempre he dicho que el año escolar, profesional y porque no personal, se inicia acabado el periodo de vacaciones, y con agosto la mayoría de la gente se encuentra ante esta realidad, siempre he pensado que esperar al uno de enero para abordar nuevos objetivos es perder cuatro meses, algo muy importante en una carrera a veces nada fácil. ¡Dejemos los calores del verano atrás!, por cierto un verano que nos ha hecho “Sudar como pollos” con temperaturas diurnas por encima de los 40º, eso sí ¡A la sombra!, y lo que es peor aún con mínimas por encima de los 25º, cuando los que saben de esto dicen que descansar convenientemente exige temperaturas por debajo de los 20º. Aunque he de reconocer que estos dos últimos días agosto nos ha dado un respiro.

Pero… ¿Por qué se suele decir ”Sudar como pollos”?, ¿es que los pollos sudan?

Todos hemos visto caballos sudorosos después de una carrera; perros, incluso; pero ¿pollos? ¿Alguien ha visto una carrera de pollos sudorosos? Y aun en el caso de que los pollos sudaran mucho, nadie puede saberlo a ciencia cierta, porque la capa de plumas que los cubre impide su constatación.

No obstante, los dichos populares o frases hechas, suelen expresar comparaciones con un significado originariamente nacido en el humor de la cultura popular y aunque la expresión "sudar como un pollo", en la actualidad sólo se refiere al hecho de: "Sudar en exceso", en su origen inicial aludió al pollo que está por nacer y se encuentra pasando por el proceso natural o artificial de incubación y por lo mismo, sometido al calor. Faltaría a la verdad si omitiera que conozco una segunda versión que pasa por citar como frase completa "estoy sudando como un pollo asado" y la razón parece obvia. Los pollos asados desprenden una grasilla que en forma de gotas gordas dan la impresión de que el pollo está sudando.

Reconozco desconocer el verdadero origen de la expresión, sin embargo, me parece más fácil de visualizar  la segunda de las versiones aportadas, para ello, me he imaginado a mí mismo atravesado por un pincho y colgado dando vueltas en tan infernal máquina, perdiendo líquidos sin parar.
Yo no tengo aire acondicionado en la cocina, por lo que la hora de tender y des-tender o cada día  al cocinar, son momentos en que una parte de mi se convierte en líquido al “sudar a chorros” (otra expresión popular de significado similar). De hecho yo no sabía que tenía papada (cuello gordo bajo mi barbilla para ser más explícito) hasta percibir el contacto de piel con piel, percepción que prefiero no describir porque solo recordarla me hace sudar de nuevo.
Sudar es completamente normal. El sudor desempeña un papel importante en el organismo porque nos ayuda a mantener la temperatura corporal enfriándonos. Cuando tenemos calor y sudamos, la humedad se evapora y nos enfría un poco. Pero, no sudamos solo cuando tenemos calor. También es normal sudar cuando estamos nerviosos porque las emociones pueden repercutir sobre nuestras glándulas sudoríparas, sudamos porque hemos de hablar en público o porque hemos de hacer una petición que nos parece delicada, en definitiva sudamos ante situaciones que creemos no dominar, como cuando presentimos estar en ese último minuto que nos mostrará si la puerta que deseamos atravesar se abre o no.

Sudar “per se” no es un problema aunque puede llegar a serlo si no cuidamos nuestra higiene personal, pero si trasciende esa circunstancia puede tratarse de un problema de salud que requiere recurrir al médico para obtener un tratamiento adecuado.

Contigo o sin ti, sudando o no, el nuevo curso empieza ya, ¡Ponte las pilas porque nadie te va a esperar! Y esto incluye a RICOBLOG que desde hoy retoma su actividad de editar nuevas entradas, no sin antes agradecer la fidelidad y constancia de mis cómplices y amigos que durante el mes de agosto y sin nuevas entradas (salvo una excepción por el final de los Juegos Olímpicos) han realizado más de 3.000 visitas.