El concepto
“Determinación” nos proporciona un variado abanico de usos diferentes y aunque
es evidente que esto mismo sucede con múltiples palabras de nuestro idioma, es
decir misma palabra y distintos significados, sin aun saber por qué, hoy es
esta la que ha despertado mi interés y curiosidad.
Es posible que uno
de los usos más extendidos sea el que nos transmite que ha sido tomada una
decisión sobre algo, generalmente con el objetivo de resolver algo, una
resolución para alcanzar un logro, ej.: Tomé
la determinación de no fumar más, para no perjudicar mi salud.
La “Determinación”
también puede expresar la osadía, valor o atrevimiento con el que se actúa,
reflejar un comportamiento o conducta ante los hechos, un estilo de afrontar el
devenir de los acontecimientos, ej.: O le
demuestras mayor determinación a tu jefe o tendrás problemas.
Es utilizable para
acotar, definir o especificar algo haciendo referencia a “determinada situación”, “determinado artículo”, “determinado día” etc.
Podemos
“Determinar” o fijar los términos o los límites que deberán ser observados en
preservación de un interés, ya sea particular o colectivo, ej.: Conviene “Determinar” normas mínimas de
comportamiento para garantizar un evento sin problemas.
Y algunos usos más
que he decidido obviar por presentar una relevancia menor.
Una vez liberado de
academicismos y anclajes lingüísticos veo la “Determinación” como ese valor o
principio que caracteriza a una persona que moldea sus definiciones y
limitaciones como elementos claves en la toma de decisiones y aunque
naturalmente puede errar, transmite seguridad y confianza.
También la veo como
la simbiosis de diferentes características personales que forjan ese valor al
que me refería en el párrafo anterior, características como:
Decisión: (resolución, firmeza de carácter) entendiendo que
nace de un juicio propio que no incluye a los demás. Ha de ser el producto
final de un proceso mental en el que se toma una resolución mediante una
elección consciente. Si no se da esa firmeza surgirá la indecisión o dificultad
a la hora de tener que resolver sobre algo.
Valentía: (esfuerzo, aliento, vigor, sacrificio) no se puede
hablar de valentía cuando no te arriesgas a nada importante; cuando puedes
afrontar una situación sin temor a nada y confiado por dominar claramente las
opciones posibles no es valentía, debe existir el riesgo de perder ante el
beneficio de ganar algo.
Responsabilidad: (deber, compromiso) una vez que determinas hacer
algo te auto asignas la carga de acometer la tarea precisa para llevar a cabo
la acción, es imprescindible dicha exigencia para hacerlo desde la eficiencia y
la calidad. La responsabilidad ha de estar en la conciencia de la persona que
le permita reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de
sus actos.
Convicción: (fe, confianza) es preciso creer en el paso que se
va a dar, confiar en que alcanzarás el propósito final, y hacerlo sin dudas y
con confianza. Quién tiene una convicción posee razones que le permiten
sostener un determinado pensamiento o acción.
Una variante o
derivación como doctrina filosófica la encontramos en el “Determinismo” que
afirma que los acontecimientos están causalmente determinados por una cadena de
causa y consecuencia, distinguiendo entre el “determinismo fuerte” que no cree
en ningún suceso aleatorio y que, por lo tanto, sostiene que el futuro es
potencialmente predecible desde el presente y el “determinismo débil” que
admite la influencia de sucesos impredecibles.