Te pones en mano de
la aleatoriedad y preguntas a unos u a otros que les sugiere si les mencionas
un espacio tan común y habitual como “La esquina”, algunos te dirán que una
farmacia, una librería, una tienda de ropa, etc., pero probablemente la
respuesta más repetitiva sea la de una oficina bancaria, o un bar o cafetería, y
a algunos, afortunadamente a los menos, se les ocurrirá que es el lugar de
trabajo de mujeres de moral distraída. En absoluto nada de lo que me sugiere a
mí.
Para mí una esquina
es una alternativa, es la oportunidad de decidir un cambio de dirección, una
circunstancia que posibilita un giro en el camino, representa un cruce ante
varias elecciones, puedes continuar con el itinerario habitual en el que no
esperas sorpresas, aunque preso de cierto estado de tedio por ser lo de
siempre, o decidir descubrir nuevas rutas al elegir caminos no frecuentados
anteriormente o al menos inusuales.
Recorrer una y otra
vez el camino conocido te propicia la sensación confortable de no tropezar con
lo inesperado o lo nuevo, pero tal vez te impide descubrir lo ignorado, lo
extraño o ajeno a tu realidad cotidiana. Girar en la esquina te podría
proporcionar realidades diferentes y tu libertad te permite elegir, mantenerte
en tu camino habitual con las insatisfacciones conocidas o girar en la esquina
buscando otras sensaciones.
“Doblar la
esquina”, expresión curiosa pero popular por su uso cotidiano convirtiéndola en
un término coloquial, realmente podríamos decir que se trata de una paradoja
que nos presenta una contradicción clara, cuando menos una redundancia, es como
“subir arriba" o “bajar abajo”, no obstante el significado que hoy me
gustaría darle a la expresión es el de introducir cambios en tu vida, buscar
caminos diferentes, sin olvidar que no siempre ha de ser necesario hacerlo.
Tomes la decisión
que tomes no es criticable, pero sin duda marcará el devenir de tus
acontecimientos futuros. El argumento no puede estar en el confort que sientes sino
en la satisfacción que te proporciona; si tu recorrido habitual te satisface y
llena de felicidad no lo cambies, en caso contrario busca esa esquina que al
doblarla te aporte lo que hechas en falta, con independencia de la incomodidad
que represente siempre un camino nuevo y desconocido por recorrer.
Todo camino te
llevará hasta un destino y conviene no olvidar que ni el éxito es definitivo ni
el fracaso es fatídico, pero hayas elegido el que hayas elegido, en todos ellos
puede haber algo auténtico, algo de ti mismo y esos son tus valores, los que
evidencian tus apreciaciones, preferencias y elecciones.
No tengo dudas para
afirmar que entre mis valores actuales y espero que futuros, esté el de aportar
y compartir, aunque eso me exija “doblar la esquina” de vez en cuando.
A veces he soñado
con que mi vida fuese como un receptor de radio, simplemente girar el mando y
cambiar de frecuencia para recibir ondas diferentes, seleccionando en todo
momento lo que más me conviene o por lo menos lo que más me apetece, pero
consciente de la dificultad de culminar mi sueño seguiré pendiente de las
esquinas que pueda encontrar en mi camino.
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