RICOBLOG

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domingo, 5 de mayo de 2013

MIS QUIMERAS: "Una Carta a Mi Madre"



Un reconocimiento a la palabra “madre” la más maravillosa del mundo, por lo que significa. Hoy desearía ser una persona de pluma fácil para poder expresar todos mis sentimientos.

Hace ya una década que mi madre no está entre nosotros y aun no me he acostumbrado a su ausencia, hoy sé que solo puedo esforzarme por vivir con ese vacío que nada ni nadie podrá llenar, hacerlo una y otra vez desde el eco de los recuerdos, que no son pocos y me ayudan a contener mis lágrimas, algunas de tristeza pero la mayoría de amor y admiración.

Si de verdad estuviese escribiendo una carta debería esforzarme en que fuese contenida para no quedarme sin papel y sin tinta, pero hay algunas cosas que no puedo renunciar a decirlas, y quiero expresar lo que he sentido y aun siento. Hoy, en el “Día de la Madre” me hubiese gustado sorprenderle con una caja de bombones, un ramo de flores o cualquier otro detalle, pero lo que más me aflige es:


“No poder darte un abrazo y susurrándote al oído, pedirte perdón por las veces en que fui injusto contigo”.


Es cierto que al nacer no elegimos madre, pero ellas tampoco eligen hijo, sin embargo, desde el primer suspiro ellas se entregan sin reservas, mientras nosotros nos tomamos una larga etapa de nuestra vida repleta de contradicciones y sentimientos encontrados hasta descubrir que son o han sido lo más grande de nuestra vida y que resultará imposible reemplazarlas.

Regañinas, castigos y normas inaceptables, ese era el universo de sensaciones que durante muchos años percibíamos y empañaba la verdadera realidad, no éramos conscientes de que esas reprimendas y acotaciones de conducta que se nos imponía eran necesarias y más dolorosas para ellas que para nosotros, no en vano nosotros solíamos aliviarnos tras la expresión: ¡Vaya ya está la bruja, como siempre!, bueno esa o alguna parecida.

Necesitamos muchos años para reconocer el papel de una madre: Noches en blanco porque estamos enfermos, compartir nuestras tristezas y celebrar nuestras alegrías, consejos, y tantas y tantas cosas más. ¿Su objetivo?: Hacer de nosotros personas con valores firmes, o como ellas nos decían ¡Personas de bien!

No sé si es procedente ahora, pero solo se me ocurre aquello de “más vale tarde que nunca” ¡GRACIAS MAMÁ!


Aprovecho la expresión “más vale tarde que nunca” para proclamar un desagravio a la figura de mi padre, nada exento de los esfuerzos y sacrificios que impusieron mi crianza y desarrollo. Lo cierto es que por el día del padre estuve tentado por escribir algo similar, pero me pareció un tanto “ñoño” y desistí de hacerlo, reconozco que después me arrepentí de ello, por lo que esta “carta” quiero hacerla extensiva a ambos.


¡EN MEMORIA DE MIS PADRES!

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