Resulta bastante frecuente encontrar personas que
creen que si “tiene alguna cosa”, está en condiciones de “hacer algo” y esto le
permitirá “ser algo”, pero no es precisamente “tener” lo que produce “ser”, el
verdadero paradigma funciona en sentido inverso “Ser – Hacer – Tener”.
Toda causa tiene un efecto y “hacer” lo es respecto
a la causa “ser”, pero las personas solemos vivir, experimentar y sentir el
efecto, las consecuencias, los resultados…, lo que nos arrastra a vivir la ilusión
o el sueño de que el efecto es la causa de lo que nos sucede, errando en la
convicción de que la causa es la acción: “lo que haces, lo que hiciste, lo que
dejas de hacer, lo que dejaste de hacer…”
Yo mismo tuve mi época en la que ese era mi
postulado y recuerdo que con cierta frecuencia lo reforzaba apoyándome en la
cita de Albert Einstein: “La locura es pretender obtener un resultado
diferente, haciendo siempre lo mismo”. Es una declaración tan lógica, que al
menos a mí, me llevo a no cuestionarme en profundidad el mensaje que creía
recibir, lo que me convirtió en un convencido defensor de la teoría del cambio
del “hacer” para “tener” resultados diferentes.
Hace unos días escuché una frase que me hizo
reflexionar sobre todo esto, alguien exclamó ante un resultado inesperado
“¡Pero si he hecho lo de siempre!” Esta afirmación proporcionaba cierta
inconsistencia al fenómeno de obtener el mismo resultado al hacer lo que
siempre se había hecho; no obstante, dándole vueltas a todo esto llegué a la
conclusión de que permanecía atrapado en el círculo del efecto: “lo que hago,
lo que hice, lo que puedo hacer, lo que no puedo hacer, lo que hice mal, lo que
no sé hacer…”, al final terminaba siempre juzgándome como un “hacer humano” en
lugar de cómo un “ser humano”.
Mi conclusión fue que si la pretensión es llegar a
“tener” desde el “hacer” es más que probable que surja el síndrome de la
“insuficiencia”, algo que te hace sentir, que hagas lo que hagas, no hay
suficiente amor, no hay suficiente amistad, no hay suficiente solidaridad, no
hay…, no hay… La insatisfacción que puede llegar a despertar esta emoción puede
conducirte a un maratón de intentos por “tener” incluso lo que no necesitas, sobre
todo en el terreno material y si caemos en esta trampa perderemos un poco de
nuestro “yo”.
Si quiero proceder con autenticidad en lo que hago,
he de operar desde el ser; en el fondo, mis “haceres” auténticos fluyen desde
mis deseos, mis creencias, mis valores, desde todo aquello que conforma lo que
realmente soy y no las circunstancias que me rodean, a las que no les niego
cierta influencia, aunque en la mayoría de las ocasiones las utilizamos de
coartada para justificar lo que nos incomoda.
Por ello hoy defiendo otra teoría: “SI QUIERES TENER
EXPERIENCIAS DIFERENTES Y MÁS PLENAS DE VIDA, NO INCIDAS EN EL HACER SINO EN EL
SER”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario