Si buscamos el significado de “Perturbación” encontraremos que habla de la acción de transformar el orden o la quietud de algo o alguien. No es mi intención traer aquí la dimensión que habla de aquellas personas que han perdido el juicio y se les califica de “perturbadas” por presentar un comportamiento patológico, sino la que hace referencia a las que se encuentran en un mal momento emocional, víctimas de una inestabilidad generada por la ausencia del probable y erróneamente considerado estado normal y que también podría llegar a generar comportamientos patológicos.
En mi opinión, esta inestabilidad emocional viene generada por una distorsión cognitiva, una percepción empobrecedora sobre uno mismo y del mundo, sobre su presente y su futuro, sensación embrionaria de fobias, depresiones, problemas de autoestima, etc. El ámbito cognitivo nos propone factores de desarrollo como: percepciones, memoria, atención e intención, inteligencia, creatividad, lenguaje y comunicación, etc., pero aunque esos factores ejerzan influencia entre sí y la persona, se desdibujan en el terreno de la personalidad en el que aparecen los procesos emotivos y de tendencia conductual.
Investigando sobre el tema he configurado una relación de algunas, ni mucho menos todas, posibles distorsiones cognitivas; por supuesto carezco de recetas mágicas, pero creo que su conocimiento y aceptación son el primer y mejor paso para su posible superación:
“Todo o nada”: Interpretación de los hechos y las personas en términos absolutos, provoca el uso de términos como “siempre”, “nunca”, “todos”, aunque los acontecimientos no lo justifiquen.
“Sobregeneralización”: Proyectar situaciones aisladas como válidas y permanentes para todo. Esta conducta conduce al “etiquetado” sustentado por fuertes connotaciones prejuiciosas.
“Sacar conclusiones precipitadas”: Asumir resultados negativos, presumiendo las intenciones de otros o profetizando el resultado de acciones antes de que se den.
“Debeismo”: Concentrarse en lo que uno cree que “debería ser” con independencia del contexto situacional en el que las cosas se produzcan.
“Personalización”: Dotar el protagonismo de un evento considerado negativo a alguien en concreto. Cuando el alguien es uno mismo puede producir ansiedad y sentimiento de culpa, cuando el alguien es otro produce exacerbación.
Me gustaría dejar claro que estos ejemplos solo pueden ser considerados como una mera simplificación y dado que se dan en el marco del juicio, pensamiento y situación real de la persona, tratar de dogmatizarlos los convertiría en una paradoja, es decir, esta lista de distorsiones cognitivas sería una distorsión cognitiva.
Cada persona tiene un modo de interpretar su entorno y manejarse en él lo mejor posible para lograr las metas y objetivos deseados, en ello pone en juego su forma de pensar que puede ser constructiva o destructiva. Quién piensa que nada malo puede sucederle y que los problemas se arreglan solos sin hacer nada, acabará teniendo dificultades por una visión poco realista. Reconocer las emociones y gestionarlas de forma reflexiva, contribuirá al crecimiento intelectual y emocional de la persona.
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