Hay un antiguo aforismo que dice “soñar no cuesta nada”, pero Calderón de la Barca nos advertía “y los sueños, sueños son”, es decir, no hay coste pero no hay beneficio. Generalmente un sueño nos conduce a la resignación pues suele forjarse desde el “me gustaría”, puede llegar a ser placentero y recrearnos, pero también nos puede aproximar a sentimientos de frustración.
Si deseas que un “sueño” se haga realidad has de convertirlo en “visión”, entendiendo por visión “un sueño puesto en acción”, deberás definir cuando y como ponerte en movimiento. ¡Soñar está libre de compromiso, alcanzar algo lo exige!
¿Solo sueñas?...
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