RICOBLOG

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miércoles, 29 de febrero de 2012

REC 1. SUEÑO O VISIÓN


Hay un antiguo aforismo que dice “soñar no cuesta nada”, pero Calderón de la Barca nos advertía “y los sueños, sueños son”, es decir, no hay coste pero no hay beneficio. Generalmente un sueño nos conduce a la resignación pues suele forjarse desde el “me gustaría”, puede llegar a ser placentero y recrearnos, pero también nos puede aproximar a sentimientos de frustración.
Si deseas que un “sueño” se haga realidad has de convertirlo en “visión”, entendiendo por visión “un sueño puesto en acción”, deberás definir cuando y como ponerte en movimiento. ¡Soñar está libre de compromiso, alcanzar algo lo exige!
¿Solo sueñas?...

domingo, 26 de febrero de 2012

CON VINO Y CON SABINA


No considero que exista una conexión directa entre Sabina y el vino, aunque para mí forman un binomio de lo más gratificante. Sentado cerca de mi chimenea, con una copa de buen vino (un Reserva de Rioja o Ribera de Duero) y un disco de Sabina en mi equipo de música, me dejo mecer por un suave bamboleo y me sumerjo en un océano de emociones, es todo lo que necesito para volar, bueno al menos para que vuele mi imaginación: 19 Días y 500 Noches, Ojos de Gata, Pongamos que hablo de Madrid, Princesa, Calle Melancolía y una lista interminable entorno a las 250 canciones increíbles.
A sus 63 años este jienense nacido en Úbeda sigue luciendo un espíritu adolescente y provocador que encubre la realidad de un cantautor, más bien de un trovador o poeta protagonista de 12 libros (basados en letras de canciones, versos y poemas), dieciséis discos de estudio, cuatro en directo y tres recopilatorios, además de componer para otros artistas. Sin embargo, él huye de la etiqueta de cantautor por sentir que es como si “le pusieran un ladrillo en la cabeza” o de la de poeta que le parece “un traje que le queda demasiado ancho”. ¡Pues nada, le colgaré la de trovador que desconozco que se haya manifestado en contra!
Desde mi pobre cultura musical tengo la percepción de que, en un elevado número de canciones que escuchamos su fondo musical es básico, incluso su carta ganadora. Con Joaquín Sabina me pasa lo contrario, mi sensación es que hay una fuerte preeminencia de las letras sobre la música; haciendo un paralelo culinario diría que, mientras que en infinidad de canciones me parece que la letra es una mera guarnición de una poderosa composición musical, en el caso de Sabina el plato fuerte es la letra, acompañado de una guarnición musical suave que en ningún momento eclipsa el núcleo de la obra pretendida. Y sí ha de usar algún aderezo, que lo hace, están sus gestos y su vestimenta.
De lo que no creo que le resulte nada fácil desprenderse es de su “caparazón barroco”. El sarcasmo, la ironía y la mordacidad son determinantes en la poesía de Sabina, tal vez podría citar otros ejemplos pero a mí siempre me viene a la cabeza Quevedo. Su aparente léxico sencillo y popular se presenta constantemente salteado de cultismos, equívocos, retruécanos y contrastes, pero sobre todo construcciones que le permiten dar energía y viveza a los conceptos que expone mediante la supresión de conjunciones (figuras asindéticas) y utilizar palabras que recogen, de nuevo, el significado de una parte del mensaje ya emitido (figuras anafóricas).
No hace mucho alguien llamó mi atención sobre las comparaciones que se pueden hacer entre el soneto de Quevedo “Amor constante más allá de la muerte” y el la canción “Contigo” de Sabina: “Y morirme contigo si me matas /  y matarme contigo si te mueres, / porque el amor cuando no muere mata, / porque amores que matan nunca mueren”. Donde la antítesis en la conjugación de los verbos matar y morir crea una danza de ir y venir, de avanzar y retroceder, en definitiva flotar sin control del espacio que ocupas.
Por ello: Si mi chimenea me da confort, si una copa de buen vino me provoca efluvios cual malvasía y la música de Sabina me genera un sinfín de emociones, supongo que entenderéis mi dificultad para describir lo que me sucede cuando uno los tres elementos… Me rio yo de los efectos misteriosos del triángulo de las Bermudas, y es que desaparece mi voluntad de no repetir una y otra vez esa experiencia. ¿Será adicción?

miércoles, 22 de febrero de 2012

NI PRESUNCIÓN NI DESESPERACIÓN, EL CAMINO ESTÁ EN MEDIO


La vida nos condiciona con demasiada frecuencia a desplazarnos por un camino estrecho, a veces empinado, a veces bastante irregular, pero en el que se intuye la prudencia de avanzar lo más centrados posible, evitando cualquiera de las dos lindes o cunetas, pues ninguna de ellas resulta recomendable; una representa la “presunción” y la otra la “desesperación”.
La presunción es una sobredosis de amor propio, con una tasa de “superioridad en sangre” desaconsejable, es un narcisismo desaforado que niega el más mínimo espacio para la mejora, por otro lado razonable cuando uno se considera en la cima de la excelencia, una cima a la que también llegan la soberbia y la prepotencia, pero no es esta la cuneta a la que hoy quiero dedicarme. En febrero de 2011 edité una entrada bajo el título “La Soberbia” en la que describía la “Broncemia”, sus síntomas y consecuencias.
La cuneta de la desesperación nos impide ver el camino, aun estando prácticamente en él, nos empuja a pensar lo difícil que es continuar, solo vemos piedras, arbustos y malas hierbas que en nada favorecen nuestro progreso. Según Santo Tomás de Aquino en Summa Teológica: “La desesperación nos paraliza porque nos aparta de los auxilios que Jesús nos ofrece. Entonces nos dejamos llevar por la corriente de los instintos bajos y no luchamos contra ellos con la suficiente fortaleza. Nos apartamos del camino de la virtud y de la lucha de cada día”.
Si decapamos la anterior cita, eliminando toda connotación religiosa, debiéramos acordar que habla de rendición por falta de fortaleza y ausencia de voluntad, profeses la religión que profeses. En definitiva, la desesperación es un suplicio contradictorio entre el deseo de querer ser y la sensación de no poder serlo. No obstante, la desesperación como cualquier enfermedad se incuba, en su inicio suele mostrar indicios leves, como desesperarse por algo que concluye en la verdadera desesperación que implica sentirla por uno mismo.
Volviendo a la alegoría del camino de la vida, me gustaría rememorar a Aristóteles quién decía que: “La virtud es el punto medio de equilibrio entro dos extremos” y citaba a modo de ejemplo: “Omnipotencia (Exceso), Fortaleza (Punto Medio) y Debilidad (Ausencia)”. Esto me hace pensar que la fortaleza y la prudencia serán los valores que nos permitirán transitar por el centro del camino sin desviarnos hacia ninguna de las dos cunetas.
Quiero dejar claro que entiendo y respeto que haya personas que disfruten caminando entre piedras, arbustos y malas hierbas, a esas personas solo les pediría que cuiden, en lo posible, los arañazos y hematomas que les pueda ocasionar lo accidentado del camino elegido.

domingo, 19 de febrero de 2012

MIS QUIMERAS. "Emi y Nicky"

Soy ese tipo de persona que se le suele llamar curiosa, cotilla diría yo, pero odio los chismorreos y los rumores, no doy pábulo alguno a nada que no haya podido contrastar personalmente y cuando lo consigo me lo quedo para mi disfrute personal, no voy contándoselo a nadie. Esas pequeñas o grandes cosas de los demás son la savia de la que mi vitalidad se nutre, son un elemento vivificador que me proporciona energía, pero dado que no soy un elemento difusor de nada de ello, no creo que pase de “pecadillo”.
Muchos de esta empresa estarían encantados de conocer la historia de Emi y Nicky, pero…, ni se la imaginan. Nicky está profundamente enamorado de Emi y así se lo ha hecho saber en un encuentro “cuasi furtivo” que mantuvieron; a Emi no le desagrada Nicky, pero tal vez el trabajar en la misma empresa, de la que ambos son mandos intermedios, la supone cierto freno.
Por nuestro sistema de correo interno, los emails que nos enviamos entre los mandos intermedios son visibles para todos nosotros, lo que me permitió notar la peculiaridad de algunos de ellos, que se cruzaron Nicky y Emi, los que sin duda pasaron desapercibidos para el resto:
Hola Emi:
Sigo ilusionado con la idea de ayer de ser capaces de desarrollar un proyecto común, entre nuestros dos departamentos, tan vinculados en muchas ocasiones y poco relacionados en muchas de ellas; no digo que no exista entendimiento, pues suele haberlo, pero creo que podemos estar de acuerdo en que como todo, es mejorable.
Soy consciente de que nuestras agendas no son fáciles de compatibilizar dentro del horario laboral, por lo que me gustaría invitarte a tomar un café en el Galaxys y tratar de avanzar en lo que podría ser un buen objetico común.
Saludos, Nicky
Hola Nicky:
El contenido de tu correo y el planteamiento de ayer resultan plausibles y dignos  de agradecer por la ilusión y compromiso que exponías, pero también creo que eres consciente de lo complicado que resulta adoptar algún cambio en mi departamento, tremendamente comprometido con alguna otra unidad, se que te resultará razonable que cualquier nuevo proyecto deba considerarlo en profundidad, he de disipar muchas dudas y evitar decisiones que puedan ir en detrimento del estatus actual de  que dispone todo mi equipo.
Saludos Emi.
Hola Emi:
Tus comentarios no hacen sino reflejar el sentido común y la coherencia en tu toma de decisiones, se que has de valorar los pros y los contras, pero aun así creo poder mostrarte un lista de beneficios mutuos, que ayer me parecieron prematuros, aunque yo los tenga muy madurados, por ello me gustaría insistir en mi invitación a tomar café.
Saludos Nicky.
Hola Nicky:
De acuerdo, pero en ningún caso podría antes de las 18,00 hs.
Saludos Emi.
Hola Emi:
Perfecto, te espero a las 18,00 hs. En el Galaxys y hablamos.
Saludos Nicky.
Entendí claramente que estaban hablando con la suficiente cautela y sutileza como para solo entenderse entre ellos. Para mí era evidente: él seguía mostrando su interés y ella ponía de manifiesto sus temores. Sí a Emi él no la desagradaba ¿Qué razón la llevaba a parapetarse tras sus dudas?
Mi natural curioso (puede leerse cotilla) me llevó a despejar la clave que a mi entender daba sentido a todo: “Emi sabía que Nicky era el hijo de D. Nicolás, propietario de la empresa, pero Nicky desconocía que Emi era la amante de su padre”.
Desconozco lo que sucedió los días siguientes pero, una semana más tarde, Emi presentó su dimisión y D. Nicolás le envió un cariñoso email (con copia a toda la plantilla) agradeciendo su entrega durante los años de servicio en la empresa, deseándole los mejores éxitos en el nuevo proyecto que había decidido iniciar.
Por su lado Nicky, o eso nos comunicaron, decidió cursar un MBA en Estados Unidos.
Lo que peor llevo de esta historia es que no he vuelto a saber nada de ninguno de los dos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿QUIETUD O PERTURBACIÓN?


Si buscamos el significado de “Perturbación” encontraremos que habla de la acción de transformar el orden o la quietud de algo o alguien. No es mi intención traer aquí la dimensión que habla de aquellas personas que han perdido el juicio y se les califica de “perturbadas” por presentar un comportamiento patológico, sino la que hace referencia a las que se encuentran en un mal momento emocional, víctimas de una inestabilidad generada por la ausencia del probable y erróneamente considerado estado normal y que también podría llegar a generar comportamientos patológicos.
En mi opinión, esta inestabilidad emocional viene generada por una distorsión cognitiva, una percepción empobrecedora sobre uno mismo y del mundo, sobre su presente y su futuro, sensación embrionaria de fobias, depresiones, problemas de autoestima, etc. El ámbito cognitivo nos propone factores de desarrollo como: percepciones, memoria, atención e intención, inteligencia, creatividad, lenguaje y comunicación, etc., pero aunque esos factores ejerzan influencia entre sí y la persona, se desdibujan en el terreno de la personalidad en el que aparecen los procesos emotivos y de tendencia conductual.
Investigando sobre el tema he configurado una relación de algunas, ni mucho menos todas, posibles distorsiones cognitivas; por supuesto carezco de recetas mágicas, pero creo que su conocimiento y aceptación son el primer y mejor paso para su posible superación:
“Todo o nada”: Interpretación de los hechos y las personas en términos absolutos, provoca el uso de términos como “siempre”, “nunca”, “todos”, aunque los acontecimientos no lo justifiquen.
“Sobregeneralización”: Proyectar situaciones aisladas como válidas y permanentes para todo. Esta conducta conduce al “etiquetado” sustentado por fuertes connotaciones prejuiciosas.
“Sacar conclusiones precipitadas”: Asumir resultados negativos, presumiendo las intenciones de otros o profetizando el resultado de acciones antes de que se den.
“Debeismo”: Concentrarse en lo que uno cree que “debería ser” con independencia del contexto situacional en el que las cosas se produzcan.
“Personalización”: Dotar el protagonismo de un evento considerado negativo a alguien en concreto. Cuando el alguien es uno mismo puede producir ansiedad y sentimiento de culpa, cuando el alguien es otro produce exacerbación.
Me gustaría dejar claro que estos ejemplos solo pueden ser considerados como una mera simplificación y dado que se dan en el marco del juicio, pensamiento y situación real de la persona, tratar de dogmatizarlos los convertiría en una paradoja, es decir, esta lista de distorsiones cognitivas sería una distorsión cognitiva.
Cada persona tiene un modo de interpretar su entorno y manejarse en él lo mejor posible para lograr las metas y objetivos deseados, en ello pone en juego su forma de pensar que puede ser constructiva o destructiva. Quién piensa que nada malo puede sucederle y que los problemas se arreglan solos sin hacer nada, acabará teniendo dificultades por una visión poco realista. Reconocer las emociones y gestionarlas de forma reflexiva, contribuirá al crecimiento intelectual y emocional de la persona.

sábado, 11 de febrero de 2012

INCONTINENCIA VERBAL


A mí me gusta denominar a la “Indiscreción” como incontinencia verbal, o de forma más popular “largar más de la cuenta”; en un ámbito más académico nuestro diccionario identifica “Indiscreción” como la falta de discreción y de prudencia, mientras que “Discreción” supone sensatez para formar juicio y tacto para hablar u obrar. Implica el don de expresarse con agudeza, ingenio y oportunidad, desde la reserva, la prudencia y la circunspección.
En una sociedad como en la que vivimos en la actualidad en la que se valora de forma especial el estar por encima de los demás, ser escuchado sin escuchar y dar consejos sin recibirlos, existe un alto riesgo de adolecer de la prudencia mínima y aconsejable. En ese contexto no es difícil encontrarse con personas para las que, disponer de cierta información es poseer un “botín” para asumir un protagonismo, aunque este finalmente resulte efímero.
Más allá de una cuestión de buenas o malas formas, la indiscreción es la ausencia de un valor que envilece a quién la practica. La curiosidad, hermana de la indiscreción, es propia del aprendizaje de los niños y una manía de los tontos, que llega a convertirse en intolerable. Hay personas que cegadas por su deseo de saberlo todo se transforman en extremadamente molestas con un sinfín de preguntas indiscretas sobre todo tipo de asuntos de los demás como: su salario, su familia, su vida íntima, etc., y aunque adoptes la táctica de “oídos sordos”, ellas insistirán dos, tres, o cuantas veces sea preciso, hasta que su curiosidad quede satisfecha.
Los indiscretos se convierten en personas insoportables que se hacen acreedoras de la severidad y la enemistad de quienes les rodean, pues terminan siendo consideradas como personas sin delicadeza, que carecen de la más elemental educación y en quienes no se puede depositar confianza alguna.
La indiscreción supone “airear” situaciones de alguna persona o personas, familia o institución, que no deben ser conocidas públicamente, porque las personas interesadas no desean que así sea; pero puede ser aun peor y es cuando el indiscreto, en su afán incontrolado de “mover la lengua”, desproporciona o revela algo que no es real, pues esa conducta atenta directamente contra la dignidad del infamado. En numerosas ocasiones la indiscreción cae en el chismorreo, provocando una cadena interminable de dimes y diretes, opiniones y comentarios, carentes de importancia para la comunidad, pero que pueden llegar a hacer mucho daño.
Como contrapartida, la discreción es una gran cualidad consistente en no ser nunca inoportuno, practicar el respeto a la libertad de los demás y por supuesto a sus secretos. La persona que interioriza la discreción será percibida como leal y poseedora de una virtud que inspira estima y credibilidad. La persona discreta siempre será vista como distinguida y sobria.
Está en nosotros mismos hacer de la discreción un atributo que refleje nuestra conducta y calidad humana no dando a conocer pormenores que puedan poner en peligro la reputación de una persona o institución. El pertinente silencio sobre los aspectos de otros será ese gran aliado que nos permitirá obtener la confianza y el cariño de los demás.