Para la RAE “carisma” es una especial capacidad de algunas personas para atraer o fascinar. Para mí, “carisma” es un cóctel de imagen, actitud y habilidades sociales, a partes iguales y “mezclado, no agitado”, con un matiz, cuando digo imagen me refiero fundamentalmente a la imagen corporal como lenguaje y no al hecho de tener una cara bonita o un cuerpo perfecto.
Carisma es una especie de magnetismo que inspira confianza y buenos sentimientos. El carisma como la belleza, la suerte o la posición social puede abrir muchas puertas en la vida, pero a diferencia de éstas últimas cualidades, en el carisma de uno se puede trabajar ampliamente. Si lo deseas prueba estos siete pasos:
1. Relájate; si transmites estrés y ansiedad encontrarás rechazo, es preciso transmitir serenidad.
2. Proyecta seguridad; demuestra un lenguaje corporal positivo, mira siempre a los ojos y respeta a los demás como iguales a ti.
3. Sintoniza con tus emociones; esto resulta algo difícil en una sociedad que nos educa en su represión, hay que vencer el temor a mostrar los sentimientos.
4. Adecua tu lenguaje corporal a tu forma de hablar; una persona carismática no muestra incoherencia alguna entre lo que dice su lenguaje y su cuerpo.
5. Piensa antes de hablar; fuera muletillas y frases de relleno, si no tienes algo importante que decir permanece en silencio, Aristóteles dijo que: “el hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras”.
6. Habla con convicción; habla a un ritmo adecuado y con claridad, frases cortas y la entonación de tu voz ha de ir de acuerdo con el mensaje que deseas transmitir.
7. Trata a la gente en la forma en que desea ser tratada; tratar a los demás como a ti te gusta que te traten me parece una posición complaciente con uno mismo, que esconde o aborta el compromiso de esforzarse por conocer a los demás. Una persona carismática escucha activamente y hace que los demás se sientan importantes o especiales.
Los pasos anteriores pueden ayudarte con tu carisma siempre que no olvides que éste debe venir de tu interior, que debes reflejar lo que de verdad llevas dentro, de otra manera se percibirá como antinatural y fingido, por tanto deberás entrenar; si aun no tienes las habilidades precisas o no le dedicas el esfuerzo necesario para alcanzarlas provocarás el efecto contrario.
En la actualidad podemos encontrar un elevado número de consultoras que ofrecen capacitación para desarrollar ese magnetismo llamado carisma, también existen múltiples libros de autoayuda, algunos verdaderos best-sellers, que prometen convertir a personas cohibidas y solitarias en personas emprendedoras e irresistibles, pero desde mi óptica, generalmente la mayoría incurren en el mismo error, trabajan técnicas y habilidades hacia afuera, desde uno hacia los demás, pero olvidan trabajar hacia adentro, es decir, desde uno hacia uno mismo, cuando la verdadera fuerza del carisma ha de surgir desde dentro, en caso contrario el tiempo se encargará de poner de manifiesto lo artificioso de una conducta fingida.
El carisma está asociado a un estilo personal, pero el “estilo” es algo que requiere tiempo y esfuerzo, por ello, si se quiere lograr un sello personal y auténtico no hay que esperar que se dé de un día para otro. Es un cambio progresivo y sutil, no un disfraz. No solo es necesario optimizar las herramientas, lo importante es el deseo de lograrlo. Y no olvides nunca la sonrisa, en todo esto es fundamental.
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