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miércoles, 20 de junio de 2012

MIS PEQUEÑAS IDEAS


¡Hola! Hoy quiero hacer una declaración formal sobre mí, quiero confesar que me veo como una persona de pequeñas ideas; jamás he tenido una “gran idea” y tal vez nunca la vaya a tener, aspecto que en absoluto me perturba, realmente me proporciona serenidad y tranquilidad de espíritu.
Es cierto que en algún momento de mi vida, que hoy no sería capaz de precisar, soñé o desee ser el poseedor de esa “gran idea” que cambiase toda mi vida, también es probable que llegase a sentir ansiedad viendo que no llegaba y que no podría revolucionar, no ya el mundo, sino mi entorno más cercano. Tal vez algunos de vosotros hayáis tenido o experimentado una sensación similar.
Además cuando tienes una idea, esta viene sin ningún tipo de indicio o señal que le otorgue la vitola de “gran idea”, en realidad toda idea conlleva una especie de pronóstico que necesita del futuro para manifestar su verdadera dimensión, un futuro incierto y desconocido, ¿Cómo saber entonces si una idea de hoy será una “gran idea” mañana?
Pero… ¿Qué es una idea?, mi concepto pasa por entender que una idea es como tener el presentimiento de que una cosa que es de determinada manera puede serlo de otra y por tanto, nos ayuda a desarrollar nuevas conductas que nos pueden ofrecer resultados diferentes, sin que el factor de valoración fundamental deba de ser la dimensión del nuevo resultado.
Antes de continuar abramos un paréntesis biológico que sin duda influye en el mundo de las ideas; es evidente que nuestro hemisferio cerebral izquierdo verbal, lógico y estratégico ha alcanzado un cierto predominio en nuestro cerebro, este predominio contribuye a adormecer nuestra creatividad en aras de “como siempre ha sido”. Ante esto ¿Cómo reacciona nuestro hemisferio cerebral derecho?, lo hace utilizando los momentos de distracción o relax del hemisferio izquierdo como dormir o realizar acciones rutinarias.
Es por ello que nuestras “pequeñas” ideas aparecen durante el sueño nocturno, en el baño o incluso mientras vamos en autobús; muchas se nos olvidan, otras nos parecen irrelevantes, la pena es que la evaluación seguimos haciéndola desde nuestra concepción de “gran idea” y podemos estar desperdiciando pequeñas ocurrencias que terminarían aportándonos nuevos valores y nuevos logros.
¡No!, esto no es una confesión, es un homenaje a mis pequeñas ideas que tantas satisfacciones me procuran y es que el valor de las pequeñas ideas puede ser muy grande, provienen de una adecuada gimnasia mental que activa el pensamiento y te ayudan a afrontar los pequeños problemas cotidianos, los que crecen más deprisa que las ideas si no los afrontas.
¿Cuántas pequeñas ideas se pueden tener antes de tener una “gran idea”, que además puede no llegar nunca? Bienvenidas las “grandes ideas” si colaboran con el bienestar de la humanidad, pero nunca olvides que una buena parte de tu bienestar reside en atender tus pequeñas ideas, las cotidianas, las que te empujan a lograr objetivos diferentes, las que a veces desestimas porque te parecen insignificantes, pero si han aparecido mientras dormías, estabas en el baño o en el autobús, hay algo dentro de ti que te está pidiendo un cambio.

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