Ricoblog Exprés Coaching nació hace 15 semanas con
la pretensión de dar forma a un espacio de reflexión para todos aquellos
seguidores y cómplices con inquietudes sobre los temas propuestos y desde los
principios más ortodoxos del Coaching Ontológico, es decir, como una disciplina
de acompañamiento y no de asesoría; proponiendo similitudes y diferencias de un
creador de realidad como es el lenguaje, que permitan analizar resultados
(ámbito del tener) en función de las acciones acometidas (ámbito del hacer),
condicionadas por como vemos el mundo y a nosotros mismos (ámbito del ser).
Cualquier cambio en el “ámbito del ser” al modificar algún punto de vista,
motivará acciones distintas, propiciando resultados diferentes.
Tratar de sintetizar una idea en un texto lo más
breve posible, siempre resulta más complejo y costoso que hacerlo de manera
extendida; cada “REC” que he escrito me ha recordado la cita famosa de Víctor
Hugo: “Perdone usted que le escriba una carta tan larga, pero no he tenido
tiempo de escribir una más corta”.
Sin embargo, han sido muchos los seguidores y
cómplices que me han pedido que trascienda el espacio de la reflexión y vaya
más allá, sin escatimar mi opinión. Dado que cuando alguien escribe, pretende
ser leído y que solo se lee aquello que interesa o agrada, no puedo obviar esas
peticiones que al final suponen un ¡Ya, pero mójate!, además debo confesar que
el argumento más utilizado es el de que mi opinión nunca sustraerá la
posibilidad de reflexión de cada uno que la lea.
Asumo y admito el nuevo reto, pero no me gustaría
que se perdiese la esencia que hizo nacer a “REC” y a su vez lo es del Coaching
Ontológico, ya que no se trata de una disciplina de transmisión de conocimiento;
mis opiniones no serán sino el reflejo de mis patrones mentales y experiencias,
algunas serán válidas para unos, otras lo serán para otros y muchas para nadie.
Mi pretensión nunca irá más allá de exponer lo que pensé, lo que hice o lo que obtuve,
no lo que los demás deben pensar, pueden hacer y con ello conseguirán.
¡ADIOS REC
ADIOS!, aunque rescataré algunas de tus entradas para transformar
ese rincón de reflexión en un rincón de opinión, una opinión que evidentemente
no ha de cercenar la de nadie.
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