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domingo, 11 de diciembre de 2011

MIS "LARGOS ABRAZOS"

Desde luego no tengo ningún inconveniente en explicar, como me habéis pedido algunos, por qué es habitual que en mis despedidas utilice la expresión “Un largo abrazo”, en la que os llama la atención el adjetivo “largo”, pero antes creo que debo aclarar lo que para mí significa dar un abrazo, que a veces puede decir o expresar todo lo que se quiere.
Pertenezco al colectivo que piensa que el contacto físico nos ayuda a sentirnos bien, y un exponente claro de dicho contacto físico es el abrazo. Un abrazo puede suplir esas palabras adecuadas que en algunos momentos no encontramos para expresar nuestros sentimientos, o paliar una cierta falta de atrevimiento por timidez personal.

Aspectos como estos nos conducen a una pregunta, ¿Qué nos proporciona un abrazo?: Cuando un amigo está en problemas el abrazo significa “cuenta conmigo, aquí estoy para ayudarte”. Si hace tiempo que no ves a alguien significa “que alegría verte de nuevo”. Si alguien ha perdido un ser querido es un “no estás solo, comparto tu dolor”. Si es un momento especial es “tu alegría es la mía”. En definitiva es una muestra de solidaridad y acercamiento.

Y es que un cálido y sincero abrazo transmite confianza, protección, amor, seguridad, fuerza, etc., los abrazos suelen provocar ciertas reacciones fisiológicas positivas y no solo en quién es abrazado sino en quién abraza, pues mediante el abrazo realizamos un acto que supone afianzar nuestros sentimientos.

Creo que el abrazo debe hacerse desde el corazón, con la calidez suficiente que permita sentir, al abrazado, las emociones que se desean transmitir y sostenido en el tiempo para que demuestre el verdadero compromiso del abrazo entregado; un abrazo fugaz puede resultar protocolario, frio y ausente de sentimientos, este tipo de abrazos solo pueden generar indiferencia o rechazo.

Esto que en una dimensión física puede resultar más o menos fácil en función del grado de sinceridad que se transmite, se complica cuando el abrazo es una expresión escrita, lo que me ha llevado a tratar de enfatizar el mensaje mediante la expresión “un largo abrazo”, que responde al deseo de resaltar la entrega mediante el abrazo y el compromiso del mismo al sostenerlo más allá de lo que supone un simple abrazo.

Siempre que decidas dar un abrazo, entrega tu alma, conecta tus sentidos, permite que fluya la simplicidad de un gesto que puede marcar grandes diferencias. ¡Bríndate en cada abrazo…!  Así contribuirás a la felicidad de otros y a la tuya propia.

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