RICOBLOG

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viernes, 18 de noviembre de 2011

¿AVESTRUZ O PINGÜINO?

Como consecuencia de un extraño emparejamiento, allí estaban en la línea de salida para disputar una carrera de velocidad: el avestruz buscó a su alrededor en un intento de localizar a su oponente, cosa que no logró hasta que dirigió su mirada hacia abajo, al tiempo que exclamaba ¡Pero si es un pingüino! Es verdad que presentan algunas semejanzas fisiológicas: Ambos caminan sobre dos patas, tienen pico, ponen huevos y poseen alas que no les permiten volar, pero, ¿A la hora de correr por tierra?...

El pingüino comenzó su preparación para la carrera, mediante sus acostumbrados ejercicios de calentamiento, mientras el avestruz simulaba hacer lo mismo, conocedora de su aplastante superioridad. Cuando estaban preparados, el árbitro se acercó a  la línea de salida y tras las consabidas palabras de ¡preparadoooos, listoooos!, sonó el pistoletazo que marcaba el inicio de la carrera.

El pingüino con su paso típico y torpe avanzaba hacia la meta sin mirar atrás, quería llegar el primero y lo consiguió, cuando miró hacia atrás pudo ver en la línea de salida, como el avestruz sacaba su cabeza de debajo de la tierra, donde la había metido asustada por el pistoletazo de salida.

He leído varios artículos en los que se desmiente que esa actitud corporal del avestruz sea cierta, pero veraz o leyenda me “venía al pelo”, y como no es una fábula no acaba con una moraleja pero me facilita algunas reflexiones:

Si no te enfrentas a tus miedos no alcanzarás tus metas y es cierto que cuando nos llega el pistoletazo de salida, si no estábamos suficientemente preparados, el miedo nos puede conducir a la inmovilidad. Y es que en momentos de bienestar, todos podemos dar lo mejor de nosotros mismos, pero lo importante y más complicado es hacerlo en momento difíciles, en momentos de tensión, en momentos de crisis, que es cuando realmente se precisa de poner en valor todo nuestro talento.

Otra posible reacción es la contraria, la de atacar a aquel que se cruce por delante, sin pensar las consecuencias de nuestras decisiones, en esos caso perdemos la claridad mental, la ofuscación nos lleva a hacer y decir cosas que en circunstancias normales evitaríamos. Pero, hacemos y decimos cosas por las que luego sentimos arrepentimiento y gastamos un montón de tiempo y energía en tratar de reparar algo que podía haberse evitado.

Es tu momento de decidir: Ser avestruz y creerte el “Rey del Mambo” y mejor que los que te rodean, o ser pingüino y hacer virtud de tu constancia, entrenamiento y preparación, para estar siempre listo.

¿En tu vida personal y/o profesional que eres, Avestruz o Pingüino?

Si te epetece ver un vídeo divertido con la carrera, visita:
http://youtu.be/oXMbWRWQBRQ

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