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miércoles, 4 de junio de 2014

LA CLARIDAD


Cómo tantas y tantas palabras de nuestro inagotable idioma “claridad” tiene diferentes significados y desde luego no todos en la misma dirección, por el contrario representan aspectos o elementos perfectamente diferenciados, no es mi intención agotarlos todos pero sí mencionar los de mayor contenido.


Es inevitable comenzar con la condición de claridad como efecto de la luz al iluminar un espacio; al provocar un determinado resplandor que genera un cierto brillo que facilita una mejora en la visión y que en definitiva potencia nuestro enfoque, aunque suela utilizarse frecuentemente el término luminosidad, iluminación o fluorescencia.


La siguiente acepción tendría que ver con los sentidos en general, con una gran facilidad a la hora de percibir los sentimientos o las ideas y que curiosamente se identifica de forma bastante habitual con el concepto “claridad”, casi como si fuera el único, realmente lo que pretende este significado es definir la posibilidad de entendimiento con que nos llegan las cosas.


Una expresión fácil de comprender e inteligible, es decir, que puede ser fácilmente entendida, es una expresión clara y es precisamente esa condición la que me permite una percepción inequívoca, lo que viene llamándose una “claridad meridiana”.


Y sin buscar más significados mencionaré por último el concepto “claridad” como un elemento “fama”, esa que presenta alguien en una sociedad o en un lugar específico, que le confiere la condición de poseer una personalidad coherente con sus manifestaciones y los hechos que ha venido aplicando a lo largo de su vida, esa condición que hace que todo el mundo diga de él, o ella, que es una persona “clara”.


No seré yo quien niegue el concepto de que una mayoría de las personas son desleales y con ciertas inclinaciones hacia el mal, que responden a un criterio teóricamente antropológico, pero tampoco lo podemos asumir como una verdad irrefutable, para empezar la mayoría no es la totalidad y desde luego muchos no son todos.


Si hay alguien que escribió sobre esto, a favor o en contra de ello (más bien en contra), fue Maquiavelo en su obra “El Príncipe”, lo que no quiere decir que yo esté de acuerdo con todas sus afirmaciones, para empezar porque no coincido con su descarnada exposición por el poder, porque no participo de una idea pesimista de la persona; admito que existen y pueden darse pero me niego a aceptar su generalidad.


Olvídate de historias, olvídate de argumentos, razones o teorías. Se tú con tus ideas, con tu coherencia y en definitiva con tu “claridad”, no pelees ante un espejo, date la vuelta y siente, actúa y se tu mismo.


La “claridad” es buena si representa mayor luminosidad, la “claridad” es buena cuando significa una interpretación fácil y correcta de todo aquello que nos llega, pero sobre todo la “claridad” es buena cuando forma parte de nuestra condición personal.


Vive, aprende, trabaja y relaciónate con “claridad”, tu futuro te lo va a agradecer.

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