Emoción, evolución, estímulo, etc., llámalo como quieras pero al final
estarás hablando de eso que te ayuda a escaparte de tu día a día, de tu
cotidianidad, de aquello que forma parte de ti pero no te gusta, existen cosas
que deseas cambiar de ti pero te falta algo, tal vez un poco de convicción o
tal vez un poco de decisión, tal vez un poco de ¿Qué pensarán los demás?
Nada de ello te ayuda, en cambio, por el contrario te inmoviliza,
finalmente has de preguntarte quién manda en tu vida, ¿Eres tú o son tus
circunstancias? Puede gustarte o no, pero has de terminar tomando una decisión:
¿Voy a cenar una sopa, voy a cenar pasta o voy a cenar ensalada?, ¡cenaré lo
que sea, ya lo decidiré!, pero lo que tengo claro es cómo quiero ser.
“Quiero ser un espíritu libre,
sin límites predeterminados, nadie ni nada me condiciona para hacer lo que
hago, sin embargo a veces me pregunto si es un arte o una ciencia, soy
consciente de que no hago solo lo que quiero sino lo que creo que los demás
quieren, mi hacer se divide entre una cosa y otra”.
Es cierto que todo esto puedes evitarlo, solo tienes a veces que
contradecir aquello que sientes, simplemente has de superar en ocasiones aquello
que realmente registras o piensas, y al final no deja de ser más que una pelea
entre lo que admites y lo que admitirías. Una pelea entre tus anhelos y tus
miedos.
Sin ninguna duda existen tus pensamientos, ideas, creencias,
experiencias y significados, pero también existen aspectos de tu vida que están
sintonizados con tu existencia más auténtica y por tanto en conexión o afinidad
con tu verdadera naturaleza, en definitiva, estamos ante un elevado número de
elementos que no hacen sino enfrentar o comparar dos realidades.
Actuaremos de una u otra manera, consideraremos lo que creemos que
piensan los demás, nos esforzaremos por parecer lo que creemos que opinan de
nosotros o de lo que nos gustaría que opinaran, pero tarde o temprano surgirá
nuestra verdad, nuestra autenticidad.
Solo tu verdadera y real experiencia puede expresar tu esencia y desde
luego lo hará, solo tú eres la única autoridad en ello, absolutamente nadie
tiene ni voz ni voto en tal tarea de hacerlo; te esfuerzas, simulas, te
comportas como crees que te quieren, pero una y otra vez aparecerás tú mismo,
no hay nada ni nadie que anule tu existencia más real.
En realidad nadie conoce tu verdadera realidad, a veces ni tú mismo la
conoces, ellos no lo notan pero tú puedes llegar a hacerlo, cuando tu
frecuencia se sintoniza con el impulso de tu existencia aunque los demás no lo
noten, que muchos también suelen notarlo, estás en conexión con tu “yo”.
Nadie va a negar ni a contradecir tu competencia de autodeterminación,
nadie se encuentra legitimado para cuestionar tu proceder, tú eres tú y con el
paso del tiempo te vas consolidando, pero recuerda que al principio no resulta
demasiado difícil confundir al resto, es el tiempo quién te va poniendo en tú
sitio.
Si te gusta contradecirte vive para los demás, si dudas busca el
equilibrio en la medida en que te resulte posible, si quieres ser tú mismo
pelea una y otra vez contigo pero nunca puedes olvidar quién quieres ser y
quién de verdad eres.
¡Se valiente y conócete! Los demás terminarán sabiendo cómo eres, no
esperes a que el resto lo averigüe, hazlo tú y hazlo ya.
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