Añoranza,
nostalgia, morriña, recuerdo, evocación, etc., en definitiva representa un
sentimiento de anhelo de un acontecimiento pasado, de una experiencia que se
tuvo y ahora no se tiene o ha sufrido algún tipo de cambio, por otro lado es
bastante frecuente asociar la añoranza con una especie de memoria cariñosa, con
un agradable recuerdo de nuestra niñez, con un juego, un objeto, un suceso o
alguien apreciado.
Es una sensación
rara, es como una deformación sin llegar a la depresión, es como una apatía con
lo que puede incluso llegar a una situación ilusioria, es como si algo dentro
de ti hubiese cambiado.
Tampoco es un
sentimiento definido científicamente, aunque es un concepto insistentemente
repetido entre las personas; en la literatura, especialmente en la poesía, en
letras de canciones, en el sentir de la gente, etc., y en definitiva en todo
aquello que nos gustaría ser y no somos o tener y no tenemos, es como si nos
sintiéramos incompletos, como si nos faltara algo o alguien.
De la misma forma
no se le puede negar la condición de temporalidad, pero… ¿A esto le acompaña su
posible o no finitud?, es evidente que la añoranza, nostalgia, morriña o como
queramos llamarla, en alguna u otra medida se refiere al pasado; desearíamos
estar en otra parte, ser de una manera diferente a como somos o tener aquello
que no tenemos, ¿Pero esto se pasa o permanece? Es un sentimiento que puede ser
doloroso, que puede ser persistente o puede ser simplemente (que no es poco)
una especie de cordón umbilical que nos una con el pasado.
No cabe duda, es un
sentimiento o emoción de encanto ante un recuerdo de algo o alguien ausente
desaparecido para siempre, es una inasequibilidad, un anhelo de retorno, la
sensación de que estarías más de acuerdo con la situación pasada que con la
actual.
La añoranza a veces
permanece, aunque no siempre es recomendable, es una especie de anclaje con el
pasado y no debe quedarse uno estancado con aquello o aquellos que te faltan,
te apetezca o no has de ampliar la perspectiva de tu vida, has de ver las cosas
tal y como son y no como te gustaría que fueran.
La verdad es que
ahora que tengo tiempo echo de menos a la gente que he conocido, y aunque añoro
la situación que me hizo conocerlos no lo hago con cada uno de ellos,
simplemente los recuerdo, es como parte de mi imagen que dejé tras de mí, son
parte de lo que fui, son ellos y un poco de lo que llegué a ser.
¡Las cosas son,
fueron y serán!, forma parte de mi responsabilidad el elegir el grado que ha de
tener cada una de ellas, está en definir de forma objetiva que fueron y como
fueron y ver las cosas como sucedieron y no como las recuerdo.
La añoranza o
nostalgia va a influirte y lo hará de forma negativa o positiva, incluso no lo
hará y será un simple recuerdo, depende de ti, según la consideración que diste
a quién formó parte de ti o a lo que formó parte de ti, tú decides.
La añoranza en sí
misma no es buena ni mala, lo bueno o lo malo reside en sus efectos, ¿Cómo
llega hasta ti?, ¿Cómo te afecta?, ¿Te paraliza, te ralentiza o te acelera? Una
vez más tu decides.