El refrán popular
completo es “Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un
mendigo”, ya le decía el caballero de la triste figura, conocido como Don
Quijote, a su escudero y fiel Sancho Panza: ”Come poco y cena más poco, que la
salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. Todo parece
indicar que va de fuerte a sencillo, empezando por el desayuno, continuando por
el almuerzo (comúnmente conocido como comida) y la cena.
No se trata de
dilucidar entre quien lo hace bien y quien lo hace mal, pero… ¿Te has dado
cuenta que en la mayoría de las ocasiones termina sobrando comida? Desde luego
esto se aleja mucho del refrán de rey, príncipe y mendigo y con independencia
de la repercusión en el bienestar de la persona, todo apunta a un claro
despilfarro.
No obstante, siendo
una frase o refrán de uso casi universal, al final resulta que todos tenemos
nuestro propio horario, nuestros hábitos, y desde luego todos mostramos una
clara tendencia a practicar aquello que nos interesa; no deja de ser curioso
los diferentes recursos o argumentos que se utilizan para justificar una u otra
situación.
“Yo por la mañana
soy incapaz de tomar nada”, “Cuando me levanto solo el café me da vida”, “¡Como
cantidad!, pero con rapidez por el horario”, “Casi no me da tiempo a comer”,
“Ceno con abundancia porque ya no tengo prisa”, “Por la noche me pongo ciego”,
etc. Al final es como si el refrán no nos hubiese quedado claro, almorzamos
como príncipes, cenamos como reyes y desayunamos como mendigos, al menos es lo
que hacen muchos.
Hay quién habla de
que resulta preferible cinco comidas al día en lugar de tres y se refiere a
desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, sin duda son especialista
dietéticos pero no se les otorga la razón de forma incuestionable, al menos que
yo conozca, lo cierto es que hablan de una dieta rica y variada, incrementando
el consumo de frutas y verduras, reduciendo el consumo de grasas.
Yo me atrevería a
decir que una alimentación sana y equilibrada pasa por aportarnos aquellos
requerimientos energéticos y de nutrientes que necesitamos para vivir, por
supuesto para funcionar adecuadamente y desde luego no pone en peligro o riesgo
nuestra salud y calidad de vida.
Puede parecer una
bobada o algo sin mayor importancia, pero realmente la tiene, una nutrición
equilibrada, responsable y habitual va a generar una vitalidad adecuada a tu
forma de vivir.
Come lo que
quieras, bebe lo que quieras, y asume las consecuencias de lo que comas y de lo
que bebas. Esto es lo principal para dibujar tú dieta, “lo que te beneficia y
lo que te apetece”.
Tampoco quiero
obviar la influencia del alcohol rico en calorías, una caña de cerveza, una
copa de vino o un chupito de güisqui, tienen las mismas calorías como un yogur
entero, es decir, sin desnatar.
Bueno, no me parece
un tema fácil por aquello de los hábitos, pero si pudiese hacer alguna
recomendación la que haría ser la de mendigar alguna que otra cena y vigilar
ser más príncipe que rey en las comidas.