Sé que cuando leas
esto puedes llegar a pensar lo primero que yo pensé, ¿Tengo que olvidarme de mi
dignidad y dar prioridad absoluta a mi empleo?, ¿Tengo que seguir dando más y
más con independencia de lo que ya he dado?, ¿Tengo que estar centrado y
preocupado con mi trabajo actual?, puede gustarte o no pero estamos en un
momento que exige más dar que recibir y por supuesto preocuparse por el trabajo
que se tiene.
2011, 2012, 2013 y
ya veremos cuantos más, nos dan cifras próximas a los seis millones de parados,
¿Esto hace que tu trabajo sea importante aunque las condiciones no lo sean? Nunca
renunciaré a una mínima dignidad, creo que la persona ha de enarbolarla como
una bandera; la persona está por encima de su conducta incluso la laboral, pero
no es menos cierto que los ingresos que le proporcionan su trabajo son
indispensables para vivir.
La esclavitud sigue
siendo más que evidente en muchos países y más que abolida ha sido refinada en
muchos otros, su base o fundamento continúa siendo el mismo, la precariedad, la
falta de recursos y ¿Porque no decirlo? ¡Incluso el hambre!
Pero al final la
realidad es la que es, te guste más o menos, y es cierto que existen conductas
o comportamientos acreedores que han de ser tenidos en cuenta a la hora de
conservar un empleo que se pueden suavizar y sobre todo están los que se pueden
acentuar.
Empecemos con la actitud; cualquier empresa entenderá más fácil enseñar una
tarea que modificar una personalidad, esto nos empuja a conocer el entorno
laboral en el que nos desenvolvemos.
Conocer metas y compartir experiencias; hay que asumir responsabilidades y proyectos y
sobre todo hay que trabajar en equipo, es preciso transmitir la imagen de capacidad
de liderazgo, asumida o ejercida.
Es preciso ser proactivo y mostrar asertividad; fundamentalmente en un mercado laboral cada vez
más competitivo, con entusiasmo, con empuje y presentando los créditos del
empleado previsor y cercano a las necesidades de empresa.
Maduro y con capacidad de aprendizaje; nuestro trabajo tiene que verse bien realizado,
responsable y acorde con nuestras funciones, pero esto no nos exime de
evidenciar nuestra disponibilidad de
mantener una permanente actualización, de avanzar mediante nuevos
conocimientos y novedosas prácticas, con ello ofrecemos nuestro talento a la
empresa que nos contrata.
Unos hábitos,
comportamientos o conductas que sin duda nos van a proporcionar la posibilidad
de mantener nuestro trabajo, es evidente que no lo garantizan pero lo
favorecen.
Y sí eres autónomo
y dependes de ti mismo, después de darte la enhorabuena solo me resta
preguntarte, ¿Eliminarías de tus conductas algunos de estos comportamientos?:
·
Actitud.
·
Metas.
·
Experiencia.
·
Proactividad.
·
Asertividad.
·
Responsabilidad.
·
Madurez.
·
Aprendizaje.
·
Etc.
Es más que probable
que trabajar no sea un objetivo pero hacerlo es una necesidad: dormir, comer,
viajar, vestirse, etc.; todo cuesta dinero y salvo que lo tengas “a priori”
solo podrás obtenerlo mediante el trabajo, y si lo que fue una bendición hoy es
un privilegio, ni mucho menos es deseable pero habrás de conservarlo, ¡Así sea!
No hay comentarios:
Publicar un comentario