Una de las premisas básicas del Coaching Ontológico es reconocer el lenguaje no como un elemento meramente descriptivo sino como generador de realidades, ¿que quiere decir esto?, pues que cada vez que decimos algo, en función de cómo lo decimos y las palabras que utilizamos, estamos haciendo una declaración sobre nuestra actitud y dicha actitud no será sino el combustible que moverá nuestras conductas.
En Coaching Ontológico nos apoyamos en las denominadas Distinciones, entendiendo por “distinción” el significado que damos a una palabra o a una expresión y que nos permite diferenciarla de otras, cuando distinguimos unas cosas de otras nos estamos otorgando poder de decisión.
Tomemos como ejemplo las palabras “Intentar” y “Hacer”, la primera diferencia podríamos encontrarla en el diccionario:
Intentar = Procurar o pretender algo.
Hacer = Ejecutar, poner sobre algo una acción o trabajo.
Analicemos ahora la respuesta a una misma pregunta utilizando una u otra palabra:
Pregunta: ¿Ordenarás hoy tu armario?
Respuesta 1 = Lo intentaré.
Respuesta 2 = Lo haré
La gran distinción (diferencia) nos la proporciona la actitud que refleja una u otra de las respuestas.
Mientras que la respuesta 1 manifiesta una clara ausencia de compromiso con el resultado, la respuesta 2 conlleva una promesa de logro.
Si admitimos como cierto todo lo anterior podríamos convenir que nuestros éxitos y/o fracasos nacen con nuestro lenguaje, con nuestra forma de expresarnos. Por ello, desterrando ciertas palabras de nuestro vocabulario podemos fortalecer nuestras actitudes y con ello nuestras conductas, lo que no hace sino potenciar las posibilidades de éxito.
Solo una cosa más, si estamos de acuerdo con lo anterior, no lo intentemos, ¡HAGÁMOSLO!
¿Que existe un lenguaje que se convierte en realidad? ¿lo entendí bien? ¿que según sea la actitud con la que afrontemos lo que nos pasa, nuestras conductas harán que pueda suceder lo que deseemos?
ResponderEliminarInteresante este punto del Coaching Ontológico, tanto por anticipación como por omisión. Esto es, para hacer que pase o después de que pase.
Tomo nota con un ejemplo, José Luis.-
¿Nos vemos el 31 de guiris por Madrid?
Como dijo la canción "las ciudades son libros que se leen con los pies".
Feliz abrazo,
John. P
Hola John, casi todo lo que has entendido es lo que he querido decir, salvo el final, no existe ninguna garantía sobre que puedas alcanzar lo que deseas por el simple hecho de como te expreses, más bien todo lo contrario, es decir, si en tu expresión se evidencia una clara falta de compromiso difícilmente lo lograrás, salvo por fortuna, en caaso contrario las posibilidades de éxito crecen considerablemente.
ResponderEliminarUn largo abrazo.
José Luis
Efectivamente, utilizaremos la palabra "hacer" no la palabra "intentar", la utilizaremos cuanto la intención la tenemos clara y segura, cuando queremos realmente hacerlo y queremos que funcione, nos dá fuerzar y ganas de cumplirlo, no solo por usarla se cumple, mágica no es, hay que trabajar en ello, osea que cuando quiera realmente conseguir algo dire: "LO HARE" y aún me suena más inmediato decir: "LO VOY A HACER"
ResponderEliminarGracias Jose, lo que tengo en mente me voy a poner a hacerlo "YA"
Hola Mabel, en efecto el lenguaje no tiene efectos mágicos, simplemente fotografía por adelantado el compromiso que asumimos con nuestros objetivos.
ResponderEliminarUn largo abrazo
José Luis