RICOBLOG

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miércoles, 26 de marzo de 2014

TUS PROBLEMAS Y SUS SOLUCIONES



La persona es un ser humano al que le encanta enmarañarse la vida a la hora de solucionar sus problemas, es como un deporte el buscar los remedios más complicados para los problemas más sencillos, buscar las soluciones más caras, más disparatadas e incluso a veces inaccesibles cuando no tiene por qué ser así.


Es algo así como algunos gurús de autoayuda o muchos maestros del desarrollo personal, rodeados de palabras cultas y excesivamente técnicas que el propio diccionario ha relegado al rincón del olvido y muchas de las cuales ni entiendes o conoces su significado.


Desde luego lo práctico no es tonto ni estúpido, es llano y es comprensible, puede que te aleje del elevado nivel del usuario sofisticado que hace de su auto artificialidad un vicio que le convierte en su razón de ser, pero esto no es ni obligatorio ni necesario.


¿Tienes problemas? ¡Naturalmente que sí, como todo el mundo! Solo te queda encontrar la solución adecuada; un camino y por cierto habitual es el camino complejo y caro, pueden ser licenciados en psicología, expertos en PNL, certificados en Coach, asesores o entrenadores, cualquiera de las opciones te supondrá unos 1.000 o 1.200 euros al mes.

No estoy en contra de tanto especialista, de hecho soy uno de ellos, pero hay mucho intrusismo, y sí, estoy en frente de una práctica con la falta del más mínimo código deontológico que ampare la formula de actuación que la circunstancia te recomiende.


Por otro lado, y aunque parezca incomprensible a la gente le gusta complicarse la vida, pero una persona que dificulta su vida encontrará mil y un problemas antes de emprender algo, empieza a pensar en la negatividad que le acompaña y encuentra muchas pegas, incluso las que no ocurrirán jamás.


Un ejemplo sencillo está en el deseo de iniciarse en un deporte, lo más inmediato es apuntarse a un gimnasio o irse a un parque a correr que desde luego queda lejos y a trasmano, transcurridas dos semanas abandonamos la solución encontrada a nuestro problema sin pensar en algunos minutos en la “bici” estática o alguna vuelta alrededor del edificio enganchado a los cascos de tu mp3.

Y es que las personas creemos que es necesario soluciones complicadas para resolver cambios personales que a su vez consideramos complicados; los cambios pueden ser sencillos o parciales, no radicales, sin embargo, siempre los consideramos trascendentales, y pueden serlo, pero no tienen porque ser complicados.


Puedo cambiar algunos aspectos de mi vida sin cambiar esta, puedo cambiar mi entorno, puedo cambiar incluso algunas amistades, pero no tengo porque cambiar mi estilo de vida, este lo cambiaré si lo considere preciso, pero despacio, año tras año y conforme a las circunstancias me lo demanden.


Mira la TV, lee un libro que te agrade, habla con los demás y se tu propio maestro, haz cosas sencillas, asequibles, tus problemas cotidianos no son tan complicados como para buscar las soluciones más complejas, la mayoría de los problemas no existen o requieren de soluciones sencillas.

Tú decides, tú eres el protagonista de tu historia, ¿Quieres vivirla de una forma sencilla o complicada, ¡Es tu decisión! ¿Te complicas la vida? Insisto, tú decides.

miércoles, 19 de marzo de 2014

¿PUEDES CONSERVAR TU EMPLEO?



Sé que cuando leas esto puedes llegar a pensar lo primero que yo pensé, ¿Tengo que olvidarme de mi dignidad y dar prioridad absoluta a mi empleo?, ¿Tengo que seguir dando más y más con independencia de lo que ya he dado?, ¿Tengo que estar centrado y preocupado con mi trabajo actual?, puede gustarte o no pero estamos en un momento que exige más dar que recibir y por supuesto preocuparse por el trabajo que se tiene.

2011, 2012, 2013 y ya veremos cuantos más, nos dan cifras próximas a los seis millones de parados, ¿Esto hace que tu trabajo sea importante aunque las condiciones no lo sean? Nunca renunciaré a una mínima dignidad, creo que la persona ha de enarbolarla como una bandera; la persona está por encima de su conducta incluso la laboral, pero no es menos cierto que los ingresos que le proporcionan su trabajo son indispensables para vivir.

La esclavitud sigue siendo más que evidente en muchos países y más que abolida ha sido refinada en muchos otros, su base o fundamento continúa siendo el mismo, la precariedad, la falta de recursos y ¿Porque no decirlo? ¡Incluso el hambre!

Pero al final la realidad es la que es, te guste más o menos, y es cierto que existen conductas o comportamientos acreedores que han de ser tenidos en cuenta a la hora de conservar un empleo que se pueden suavizar y sobre todo están los que se pueden acentuar.

Empecemos con la actitud; cualquier empresa entenderá más fácil enseñar una tarea que modificar una personalidad, esto nos empuja a conocer el entorno laboral en el que nos desenvolvemos.

Conocer metas y compartir experiencias; hay que asumir responsabilidades y proyectos y sobre todo hay que trabajar en equipo, es preciso transmitir la imagen de capacidad de liderazgo, asumida o ejercida.

Es preciso ser proactivo y mostrar asertividad; fundamentalmente en un mercado laboral cada vez más competitivo, con entusiasmo, con empuje y presentando los créditos del empleado previsor y cercano a las necesidades de empresa.

Maduro y con capacidad de aprendizaje; nuestro trabajo tiene que verse bien realizado, responsable y acorde con nuestras funciones, pero esto no nos exime de evidenciar nuestra disponibilidad de  mantener una permanente actualización, de avanzar mediante nuevos conocimientos y novedosas prácticas, con ello ofrecemos nuestro talento a la empresa que nos contrata.

Unos hábitos, comportamientos o conductas que sin duda nos van a proporcionar la posibilidad de mantener nuestro trabajo, es evidente que no lo garantizan pero lo favorecen.

Y sí eres autónomo y dependes de ti mismo, después de darte la enhorabuena solo me resta preguntarte, ¿Eliminarías de tus conductas algunos de estos comportamientos?:

·         Actitud.
·         Metas.
·         Experiencia.
·         Proactividad.
·         Asertividad.
·         Responsabilidad.
·         Madurez.
·         Aprendizaje.
·         Etc.

Es más que probable que trabajar no sea un objetivo pero hacerlo es una necesidad: dormir, comer, viajar, vestirse, etc.; todo cuesta dinero y salvo que lo tengas “a priori” solo podrás obtenerlo mediante el trabajo, y si lo que fue una bendición hoy es un privilegio, ni mucho menos es deseable pero habrás de conservarlo, ¡Así sea!

miércoles, 12 de marzo de 2014

EXAGERACIÓN



Sin duda alguna “exageración” es una figura retórica, también denominada hipérbole, que se usa para aumentar, disminuir o hacer notar una o varias características de algo o alguien, con la misión de que el receptor del mensaje le atribuya una mayor importancia a la acción que se relata. En definitiva una “exageración” es una alteración intencionada de la realidad que se quiere transmitir. Tiene como fin perseguir una mayor expresividad, por ejemplo, ¡Tengo tanta hambre que me comería una vaca!

Una “exageración” es un dicho comentado por alguien que se caracteriza por sobrepasar los límites de aquello considerado como cierto, sensato o normal; una “exageración” no necesariamente ha de ser una mentira aunque suele parecerse bastante a ella, la razón estriba en que el hecho puede haber sucedido en la realidad, sin embargo, de forma deliberada o involuntaria se le han añadido determinados elementos y condiciones que la presentan como no reales; pasa a ser una situación distorsionada.

Es cierto que suele darse con demasiada frecuencia, y que son muchas las personas que viven en un estado permanente de “excepción” buscando el sacar partido de ella, lograr cierto nivel de empatía con otros, querer demostrar algo que no es verdad, no perder una posición social conseguida, etc. No obstante, hay que reconocer que la “exageración” es el más apreciado, admirado y respetado en el arte de la literatura, pues no hay ningún escritor que se haya librado de ella, incluso que la haya utilizado.

Por otro lado, podríamos pensar que en la actualidad la “exageración” es comedida, cuando en realidad se utiliza en dosis elevadas, llega incluso a colocar en entredicho a los actos y sus protagonistas, trasladan desde lo cómico o a lo trágico, eso no ayuda sino que estimula la destrucción del éxito.

Hay que pensar que la “exageración” no es un concepto nuevo sino consustancial con el ser humano y que ya se dio hace miles de años, puede sonarte a broma pero te imaginas a ese cavernícola que le dice a su compañera: “Perdona, llego tarde a la cueva por culpa de un mono gigante y algún que otro dinosaurio”, “hace 70.000 años las cuatro especies humanas que habitaban la Tierra se cruzaron entre sí dando lugar a diversos híbridos. Se ponía así patas arriba la historia reciente de la evolución humana” ¿Es una exageración o un hecho contrastado?

No solo se trata de hacer referencia a grandes “excepciones”, las pequeñas pueden llegar a ser tan peligrosas como las grandes, pueden reducir al mínimo el mayor de los éxitos. La “exageración” por pequeña que sea conduce al error, al fracaso, y por tanto es fundamental no solo corregir el defecto sino evitarlo.

“El tiempo de las pequeñas cosas” las que nos gratifican, parece haber terminado, sin embargo eso está muy lejos de la realidad, las grandes o pequeñas cosas pueden convivir. Unas nos hacen sentirnos a gusto, cómodos e identificados, otras no.

Tú sabrás si exageras o no, piensa que la “exageración” puede ayudarte, pero también piensa que puede perjudicarte. No olvides que la “exageración” es una figura de distorsión, que agranda o minimiza una situación.

miércoles, 5 de marzo de 2014

MIS QUIMERAS: "Me Enamoré de una Esfinge"



(Historia de ficción con todos los personajes inventados y cuyo parecido con la realidad sería pura coincidencia. Jajaja…)

Una mañana más entregado al escozor de abrir los ojos ante un nuevo despertar, rendido a la pereza muscular de recuperar el tono adecuado, abatido, somnoliento, con llagas en los oídos de escuchar mis propios reproches; roto, como desdoblado en doble personalidad escucho los “sies y los noes” de lo que debe y lo que no debe ser, de lo que me conviene y lo que no, maldiciendo y agradeciendo los sentimientos experimentados en un enfrentamiento permanente conmigo mismo. Es tal el caos que se apodera de mí, que desearía darme la vuelta, cerrar los ojos y seguir durmiendo, pero no es posible, el proceso de vivir un nuevo día se ha iniciado y es irreversible.

Un día más deberé asistir a la confrontación, ya habitual, entre mi parte emocional y mi parte racional, cada una de ellas con sus argumentos y sus convicciones, desplegando su velo protector pero dejándome en medio de esa pelea entre lo que siento y lo que pienso, como si sus verdades fuesen únicas y absolutas y no cupiesen otras, pero… ¿Cuál es mi verdad?

No sé si es cierto o no pero hay quién dice que algunas vidas están vinculadas por el tiempo; en mi opinión lo que en verdad pretende expresar es la posibilidad de sentir una conexión con otras vidas que pertenecen o pertenecieron a otro momento, incluso a otra época.

En la mitología griega la “Esfinge” era un monstruo con rostro de mujer; pecho, patas y cola de león, alas de pájaro y que tenía el rostro pálido, la boca llena de veneno, ojos como brasas encendidas y las alas siempre manchadas de sangre.

La Esfinge había aprendido el arte de formular enigmas de las Musas, ya que era propio de las Musas el manejar las palabras con belleza, esto es, a través del canto. Por ejemplo se dice que llegó a formular un acertijo que decía: Existe sobre la tierra un ser bípedo y cuadrúpedo, que tiene sólo una voz, y es también trípode. Es el único que cambia su aspecto de cuantos seres se mueven por tierra, aire o mar. Pero, cuando anda apoyado en más pies, entonces la movilidad de sus miembros es mucho más débil.

Dicen que Edipo la respondió: Escucha, aun cuando no quieras, Musa de mal agüero de los muertos, mi voz, que es el fin de tu locura. Te has referido al hombre, que cuando se arrastra por tierra, al principio, nace del vientre de la madre como indefenso cuadrúpedo, alcanza su madurez como bípedo y, al ser viejo, apoya su bastón como un tercer pie, cargando el cuello doblado por la vejez.

Según cuenta la leyenda, Edipo sorpresivamente pudo resolver los enigmas que le fueron planteados; la Esfinge, entonces, despechada y vencida se lanzó desde lo alto de una roca y se suicidó. Ante esto, Tebas hizo rey a Edipo y propiciaron su enlace matrimonial con su reina Yocasta, quién era la verdadera madre de Edipo.

Tras este paréntesis mitológico vuelvo a mi propia realidad y a mis sentimientos: analizo, investigo, reflexiono, me pregunto ¿Qué me da? ¿Qué me oculta? ¿Qué conozco de ella y qué no?, estas y un sinfín de preguntas más pero la mayoría sin respuesta.

Después de estas reflexiones y preguntas solo puedo quedarme con la acepción de la RAE de “ser o parecer una Esfinge” para referirse a la persona que adopta una actitud reservada o enigmática. Esta situación descarta bastantes preguntas y me conduce a una sola ¿Puede aportarme algo su reserva o enigma?

¡No lo sé!, pero ni lo sé ni me importa, solo sé que ¡ME ENAMORÉ DE LO QUE YO LLAMO UNA ESFINGE! A lo mejor debía darle otro nombre, es probable que no sea amor, puede ser un espejismo. No quiero ni averiguarlo sigo pensando que me enamoré de una Esfinge, me atrae y me…