RICOBLOG

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sábado, 26 de febrero de 2011

LA ENVIDIA Y EL COLESTEROL

Esta mañana cuando me he levantado, sobre las 8,30 hs aproximadamente, he notado en mi cara los cálidos rayos de un brillante sol que iluminaba intensamente toda mi cocina, esa calidez y esa alegría me han animado a prepararme un copioso desayuno, al menos más abundante de lo habitual y cuyos detalles omitiré, y a sentarme tranquila y plácidamente, delante de la ventana, ante tan apetitoso surtido matinal.
Para evitar caer en la tentación de pensar que la perfección existe y que sencillamente no todo es maravilloso, he encendido la “tele” con el ánimo de oir las noticias, aun convencido de lo descorazonadoras que últimamente resultan, sin embargo, ha coincidido que en ese momento estaban hablando sobre el desarrollo de un “taller pedagógico” y otras actividades didácticas; sin duda mi vinculación a la formación y desarrollo profesional durante muchos años de mi vida laboral y de forma intensiva y exclusiva en los últimos ocho, me han hecho pensar y verbalizar en voz alta un ¡JO, QUE ENVIDIA! Estaba solo por lo que nadie me había oído, sin embargo he sentido la necesidad de rectificar y justificarme ante mí mismo y de la misma manera y de nuevo en voz alta también he verbalizado ¡HABLO DE ENVIDIA SANA, CLARO!
Después de decirlo he sentido una rara sensación, ¡No puede ser!, ¡No hay envidia sana!, ¡La envidia es envidia y por tanto no puede ser sana!, está claro que una vez más he utilizado pobre o inadecuadamente el amplio, completo y preciso lenguaje del que disponemos.
La envidia puede tener su base en el deseo de poseer algo que otro posee, o en la rabia o tristeza que despierta la felicidad, de otro, por la posesión de algo sea material o inmaterial. Y es que la envidia no es como el colesterol que al parecer lo hay bueno y malo, si es envidia es mala y si no es mala no es envidia, será otra cosa.
En mi opinión ¡Envidia sana!, hemos de sustituirlo por “ADMIRACIÓN” que no es sino, el sentimiento o emoción de contemplar o considerar con estima o  agrado especiales a alguien o algo que llaman la atención por determinadas cualidades o particularidades.
La distancia entre admiración y envidia (aunque la apellidemos sana) es enorme, por ejemplo:
La admiración es la capacidad de asombro que manifestamos ante el éxito de los demás; la envidia es el dolor profundo que nos corroe y enferma ante el triunfo ajeno.
La admiración es la facultad superior que solamente poseen quienes aprenden de los triunfadores; la envidia es la característica principal de los soberbios y constante permanente de los mediocres.
La admiración es el éxtasis sublime ante lo desconocido, sentimiento que alimenta al descubridor y alienta al investigador; la envidia lo explica todo con una simplicidad aberrante y con una lógica sin sentido.
La admiración aprecia el esfuerzo y la tenacidad sincera; la envidia descalifica el sacrificio y la entrega, justificando el éxito como producto de la casualidad o la buena suerte.
La admiración estimula al ser humano para aprender, emular y luchar, lo reta, lo anima, lo ennoblece; la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.
Debemos practicar los valores en nuestra vida diaria. El camino hacia los valores nos ayuda a contemplar un gran crecimiento personal, así podremos participar muy conscientemente en transmitir, en formar, y orientar a otros seres humanos.
¡No confundas envidia con admiración (aunque la apellides sana)! Cambia tu lenguaje y así, poco a poco, podrá cambiar incluso tu subconsciente.

viernes, 25 de febrero de 2011

LLORA SIEMPRE QUE LO NECESITES

Mientras que reír se ha considerado siempre positivo; llorar ha sido percibido desde un punto de vista negativo y traumático. Se han resaltado mucho los innegables beneficios físicos y emocionales de la risa; pero poco se ha dicho sobre las bondades del llanto.
La risa solo recibe el veto de la dosificación, si una persona ríe en exceso cae en el riesgo de ser entendida como poco seria y perder unas buenas dosis de credibilidad, sin embargo el llanto viene arropado por un sinfín de limitaciones socio-culturales.
Es cierto que reír nos favorece, tanto física como emocionalmente: aumenta la circulación sanguínea, estimula el cuerpo y mejora nuestra salud,  elimina el estrés y las tensiones, eleva la autoestima, aumenta la inteligencia y retrasa el envejecimiento, por citar algunas de las múltiples ventajas de la risa.  Pero también llorar tiene sus ventajas; por ejemplo, permite eliminar adrenalina y noradrenalina (neurotransmisores que se segregan en exceso en las situaciones de estrés).
Por eso llorar es una suerte de mecanismo protector con el que contamos para preservar nuestra psique y nuestro cuerpo, tanto es así que llorar es mucho mejor de lo que hemos imaginado: evita enfermedades, permite que sobrellevemos situaciones dolorosas de mejor manera sin perder la razón y  no solo expresa la necesidad de apoyo ante eventos que nos hacen infelices, por ejemplo, la gratitud y el afecto no tienen una expresión más profunda y sublime que el llanto honesto.
Los resultados de los estudios realizado por William Frey establecen que “llorar no sólo viabiliza el desahogo y la distensión de las emociones, sino que permite a una persona ver con claridad; pues las penas obstruyen el intelecto.”
Pero ante el llanto hay una gran diferencia de percepción entre hombres y mujeres, ya que a los primeros se les ha tiranizado y sometido culturalmente, para que no expresen su dolor o frustración de la manera más sana y natural (que es llorar), fomentando con ello las salidas emocionales destructivas que derivan en neurosis y actos violentos.
Estas consideraciones explican la razón por la cual es  menor el número de mujeres que sufren de úlceras y ataques cardíacos. Los hombres, como desde pequeños se les advierte que “los machos no deben llorar”, se “tragan” sus emociones para no poner en entredicho su masculinidad; por eso aumentan su carga de estrés y esto afecta de manera sensible su salud.
Aunque las lágrimas han sido consideradas como signos de debilidad e inseguridad, en la actualidad se valora cada vez más el sentido que las emociones dan a nuestra vida y el papel esencial que desempeña el llanto  emocional; tanto a nivel expresivo como a la hora de facilitar la liberación de distintas emociones, como el miedo, el dolor o la alegría.
El llanto es tan beneficioso para la salud como la risa, porque nos permite distraernos de las causas de nuestras angustias y fijar la atención en nuestros sentimientos; sintetiza y alivia el pesar humano; por eso, cuando sientas deseos de llorar, aunque previamente busques un lugar y momento adecuado, ¡llora!
La risa y el llanto son dos maneras de expresar emociones y están vinculadas con la presión sanguínea, la aceleración y detención de nuestra respiración, el enrojecimiento y la palidez de nuestro rostro e incluso el tono muscular. Ambas nos permiten descargar tensiones y poseen una función reguladora que crea circunstancias ventajosas para nuestro organismo.
La risa incide en el sistema endocrino para que este ordene al cerebro la secreción de una serie de hormonas tales como las endorfinas, que controlan el dolor;  la adrenalina, que ayuda a estimular la imaginación;  la dopamina, que favorece la actividad mental; y la serotonina, que posee efectos calmantes y disminuye tanto la ansiedad como el hambre.
El llanto emocional (no el provocado por el dolor físico), cumple una función vital en el desarrollo humano.  Las  reacciones químicas propias de las lágrimas activan determinadas hormonas que producen efecto tranquilizador beneficioso para el organismo, al eliminarse ciertas sustancias depresoras producidas por la sensación de tristeza.
Y fisiológicamente no hay tanta distancia entre la risa y el llanto. ¿Quién no ha terminado llorando, alguna vez, por un ataque de risa? Jajaja…

jueves, 24 de febrero de 2011

¿CARÁCTER O TEMPERAMENTO?

Si tomamos como punto de partida las particularidades idiomáticas de ambos términos, podríamos decir que también es el punto de llegada o punto final, y es que observemos lo que nos proporciona el diccionario de la RAE:
Carácter: Conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad, que las distingue, por su modo de ser u obrar, de las demás.
Temperamento: Carácter, manera de ser o de reaccionar de las personas,
Podríamos, en consecuencia, hablar de carácter o temperamento de forma indistinta, sin embargo, hay trabajos y publicaciones al respecto que profundizan en el tema marcando diferencias entre uno y otro concepto.
Por ejemplo J. Santos en “La Ruta: un mapa para construir futuros” dice: "el carácter es el sello que nos identifica y diferencia de nuestros semejantes, producto del aprendizaje social.", Esto nos hace pensar que somos personas únicas que poseemos un conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento único que a lo largo de nuestras vidas hemos adquirido.
Por tanto, el carácter probablemente no se manifieste de una forma total y definitiva, si no que pase por un proceso evolutivo que se desarrolla hasta llegar a su completa expresión en el final de la adolescencia.
Por otro lado, J. R. Gaitán en “Concepto de temperamento y carácter” dice: "el temperamento es la base biológica del carácter y está determinado por el proceso fisiológico y factores genéticos que inciden en las manifestaciones conductuales."
Hoy en día se dice que ciertas características del temperamento se deben a procesos fisiológicos del sistema linfático, también debido a la acción endocrina de ciertas hormonas. El temperamento tiene, por tanto, un porcentaje genético nada despreciable.
Aunque también se acepta, de forma general, que los efectos intensos y permanentes del entorno pueden llegar a influir de forma importante en la formación del temperamento de cada individuo.
En definitiva, La Escuela de la Fe, en su trabajo “Temperamento y carácter” concluye: “Con frecuencia se confunden los términos temperamento y carácter. La diferencia es que El temperamento es el conjunto de las inclinaciones íntimas que brotan de la constitución fisiológica de los individuos, El carácter, en cambio, es el conjunto de las disposiciones psicológicas que nacen del temperamento, modificado por la educación y el trabajo de la voluntad y consolidado por el hábito”.
Cuestión de carácter o de temperamento según provenga de la constitución fisiológica o del aprendizaje educacional y experiencial, nos mostramos: Nerviosos, sentimentales, coléricos, apasionados, sanguíneos, flemáticos, apáticos, etc.
Desde la frivolidad que me da el desconocimiento de la materia por carecer de conocimientos psicológicos y sociológicos, percibo ambos conceptos como muy próximos aunque entiendo las diferencias que se establecen desde el terreno científico.
Me quedo con que los efectos intensos y permanentes del entorno pueden influir en el temperamento y me quedo con que el carácter es fruto del aprendizaje social, ya que en ambos casos mediante pequeñas, pero continuas acciones que fortalezcan nuestra voluntad de querer operar cambios, podremos intervenir en ser más como queramos ser.
Y es que el carácter (tal vez con dosis de temperamento) juega un papel de máxima importancia en todas las áreas de nuestra vida y es reto de cada uno de nosotros abrir las puertas del cambio, para poder ser mejores personas, y obtener mejores resultados en cualquier proyecto que desarrollemos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

MAS SENCILLO QUE EL MECANISMO DE UN BOTIJO

Es una expresión que a mí se me escapa, porque su sencillez estará en el acto de beber ya que él El botijo es un instrumento técnico preindustrial que roza la perfección. La física, la termodinámica, la respuesta de los materiales minerales transformados, las condiciones climáticas y ambientales, la eficiencia energética, las virtudes saludables de servicio, la eco-efectividad y otros aspectos intervienen o se relacionan de forma directa en el funcionamiento del botijo.
También aspectos culturales le confieren valor social, enorme en tiempos pasados y ejemplarizante en los actuales, el botijo ofrece servicios efectivos para la modernidad ecológica y lo hace con un balance que podemos considerar muy positivo. En el botijo podemos encontrar una frescura rústica y el sabor nutritivo de los minerales desde la visión poética de ese compendio de arte y técnica donde también la belleza está presente en este humilde artefacto de arcilla cocida porosa, sus orgánicas formas proceden de la arquitectura oblonga, que por su parecido a la esfera, puede y porqué no, tener un carácter simbólico de la perfección.
Pero ¿cómo funciona un botijo?: José I. Prieto comenta que lo adecuado de un botijo es dejarlo en un lugar oreado a la sombra. Allí la evaporación espontánea transporta la parte más cálida e inquieta del agua hasta lo alto del recipiente, donde el vapor sufre distintas suertes: una parte es absorbida (que así se dice) por la superficie interior arcillosa de la vasija, prosigue su viaje por los capilares de la materia sólida hasta asomarse al exterior y saltar al cálido aire circundante. Otra parte de lo evaporado opta por la salida directa de aquel encierro oscuro: por la boca y el pitón o pitorro.
Las formas redondas hacia fuera favorecen la ventilación. El aire cálido y seco reemplaza a buen ritmo el húmedo en el interior, evita la saturación sobre la superficie líquida y anima la evaporación. A cada gramo evaporado lo acompañan casi seiscientas calorías, para alivio térmico del sediento. La eficacia enfriadora del botijo decrece con la humedad del aire en torno. Para humedad del 50% un buen diseño genera una diferencia de temperaturas de ocho grados, que mantiene la evaporación del agua. En esas condiciones la potencia consumida por el botijo es de casi un vatio, lo que lo convierte en la nevera más económica. El vatio lo regala el aire circundante, y sirve para evaporar unos 30 gramos de agua al día. La temperatura del agua es el punto de rocío para el aire, y con una excelente ventilación, sería posible refrescar el agua hasta los 10º con aire caliente a 30ºC y seco al 20%.
De entre lo que he leído he elegido la recomendación de escoger preferentemente botijos de arcilla blanca o caolín, los cuales son más porosos, procurando que entre la parte lateral y la cúpula tengan una curvatura más o menos hiperbólica, además estéticamente son más armoniosos.
La realidad científica de las razones que hacen que un botijo enfríe el agua no queda próxima a la sencillez, y además lo importante se queda en el hecho de que un botijo es una vasija de barro  cocido que se usa para refrescar el agua, que tiene una base redonda y un vientre abultado que se estrecha en la parte superior donde se encuentra el asidero por donde se agarra el botijo.
Lo destacable del funcionamiento del botijo es su sencillez, pero su eficacia reside en su humildad, en la sencillez que exhibe sin mostrar en ningún momento su complejidad, ¿Sería lo mismo el botijo si fuese preciso dominar su termo-física para utilizarlo?
Lo cotidiano hace las cosas sencillas y este principio podemos encontrarlo en diferentes situaciones habituales; cuando se riegan las calles en verano buscando refrescar el ambiente, cuando colocas un paño húmedo sobre la frente para disminuir la fiebre o, cuando de forma espontánea, sudas propiciando la refrigeración del cuerpo. Esto nos demuestra la efectividad del agua como agente refrigerante, al comportarse como un ávido consumidor de calor.
¡Be water my friend!

lunes, 21 de febrero de 2011

JUICIOS Y HECHOS PARA EL COACHING

De manera habitual formulamos afirmaciones que podrían parecer similares cuando en realidad son profundamente distintas. Veámoslo con un ejemplo: “Ayer estuvo lloviendo toda la tarde” o “Ayer fue un día horrible”. En el primer caso estamos hablando de un “hecho” pues es algo objetivo y contrastable, o llovió o no llovió. En el segundo caso no se da una situación contrastable, habrá personas para las que un día lluvioso resulte agradable, por tanto estamos ante una opinión, es un “juicio”, un punto de vista, y por ello algo subjetivo.
En nuestra forma de hablar cotidiana y habitual, formulamos constantemente sentencias de este tipo, donde algunas son hechos contrastados y objetivos, pero otras muchas son juicios subjetivos.
Esto nos lleva frecuentemente a expresar nuestras opiniones como si fueran datos objetivos y universales, dando por sentado que cualquier otro OBSERVADOR vería lo mismo que nosotros vemos (en coaching, toda persona es un “observador” con su forma de ver las cosas, si cambia su punto de vista cambiará como ve esas cosas sobre las que ha modificado dicho punto de vista).
Los juicios suelen provenir de una creencia, lo que les puede conferir la condición de “válido o inválido” nunca la de “verdadero o falso” condición propia de los hechos, un juicio crea una realidad que sólo existe en el lenguaje, sin necesidad de que resulte ser una realidad. Los hechos hablan de los demás, los juicios hablan de uno mismo. “Cuando Luís habla de Elisa, sabemos más de Luís que de Elisa”.
Los juicios se generan en el pasado (creencias y experiencias), se emiten en el presente (hago una declaración sobre mi opinión) y diseñan el futuro (sin duda condicionarán mis conductas futuras e incluso puede llegar a condicionar las conductas de otros, si dan mucho crédito a mis juicios). Los hechos se manifiestan de forma permanente con independencia de los juicios.
El mismo hecho genera juicios diferentes como en la siguiente historia:
Dos vendedores de zapatos fueron mandados a un país extranjero:
El primero manda un mensaje a la compañía diciendo:
-”Cancela el pedido, estoy por regresar, aquí la gente no usa zapatos”.
El segundo manda un mensaje a la compañía diciendo:
-”Dobla el pedido, no hay nada de competencia.”
El hecho está claro, la gente iba descalza, pero el juicio que genera en cada vendedor es diferente.
Las personas positivas siempre están dispuestas a sacar ventaja de cualquier evento (suceso o hecho) y lo logran ¿por qué? Porque sus mentes están entrenadas para estar por encima de las circunstancias y no permiten por ninguna razón perder el control.
Hay situaciones que las podemos calificar como hechos, tales como la lluvia, la temperatura, la celebración de una fiesta, las horas punta en circulación, etc. Aún así la magnitud del hecho solo la determina nuestro pensamiento y el cómo percibamos y toleremos dicha situación. Por ejemplo, alguien que está acostumbrado a vivir en una zona fría puede decir que el día resulta caluroso mientras otro dirá que es terriblemente frío, ¿quién tiene la razón?
Vemos muchas cosas que podemos considerar como hechos porque todos hemos decidido aceptarlos como tal, si vemos una jirafa es poco probable que alguien insista en que es un caballo, es un hecho que es una jirafa, así todos los días nos enfrentamos a miles de circunstancias universalmente aceptadas, pero lo importante es la forma en que nosotros vamos a interpretar esa información, o sea el juicio que nos hagamos, porque no todas las circunstancias responden a hechos universalmente aceptados.
Si los hechos se presentan de forma no esperada entonces es recomendable emitir buenos juicios para remediar la situación, cuando uno observa las historias de éxito se da cuenta que lograr triunfos no significa no caer sino levantarse y seguir hasta lograr la excelencia.
Conviene recordar que los juicios solo recaen en uno mismo, ¡saquémosle provecho! A medida que emitimos juicios positivos nuestra mente, inconsciente, entiende el fuerte deseo de mejora que perseguimos en determinadas áreas y se alinea con ese esfuerzo de mejora, en general las personas somos “puro poder”, solo necesitamos descubrirlo.

domingo, 20 de febrero de 2011

CUENTOLENCIA: La violencia en los “Cuentos”

El otro día participaba en un debate, en el que como en cualquier debate que se precie, se acabó polarizando en dos claros y opuestos puntos de vista.

De una parte, los defensores de la teoría de que los “cuentos populares” conllevan una serie de violencia a través de un elevado número de “crueldades” gratuitas y nada aptas para el desarrollo emocional del niño.

De la otra parte, se encontraban los defensores de la tesis de que la literatura infantil estimula la fantasía del niño y cumple una función terapéutica, la crueldad de los cuentos debe ser tratada con un sentido crítico, ya que no vivimos en un paraíso sino en un mundo lleno de injusticias y tragedias y los niños forman parte de él.

De la misma forma que estoy convencido que pocas cosas hay que se las pueda considerar absolutas, estoy convencida que en las dos teorías habrá aspectos ciertos, no obstante, no tengo inconveniente en admitir que mi postura está más cercana a la primera de las expuestas.

Para Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, la fantasía es un medio que le permite al niño cumplir con un deseo frustrado, como si la fantasía fuese una suerte de corrector de la realidad insatisfecha. De este mismo modo, la lectura de los cuentos populares, al influir en su mundo inconsciente, le permite elaborar los conflictos internos y resolverlos en un plano consciente.

Los defensores de los cuentos argumentan que si bien es cierto que el niño experimenta angustia mientras lee “Caperucita Roja”, es también cierto que siente una enorme satisfacción cuando sabe que Caperucita es liberada por el cazador, quien da muerte al lobo feroz. Una sensación parecida le causa la lectura de "Cenicienta", una adolescente que sufre el desprecio de la madrastra y las hermanastras, hasta el día en que se le aparece un hada que la ayuda y un príncipe que la convierte en su esposa.

En el cuento de “Blancanieves”, la madrastra perversa, que siente celos y envidia por la juventud y belleza de su hijastra, ordena a uno de sus súbditos quitarle la vida. Pero éste, en lugar de consumar el crimen, la abandona en el bosque, donde Blancanieves se refugia en la cabaña de los siete enanitos, hasta el día en que su madrastra, disfrazada de bruja, le da de comer una manzana envenenada. Cuando Blancanieves yace en el féretro de cristal, lista para ser sepultada por los siete enanitos, aparece el príncipe que la resucita con un beso y se la lleva a vivir en su castillo.

Y es que las escenas de “crueldad” se repiten una y otra vez en los cuentos populares. Así, en “Pulgarcito“, el ogro quiere degollar y comerse a los siete hermanos, del mismo modo como la bruja quiere matar y comerse a “Hansel y Gretel” en la casa de chocolate. Para la teoría defensora, en ambos cuentos, aparte de que la monstruosidad humana está simbolizada en el ogro y la bruja (enemigos temibles), la inteligencia infantil está encarnada por los protagonistas menores que se libran de una muerte atroz y retornan a sus hogares, donde son recibidos por sus padres con la esperanza de vivir felices por el resto de sus días.

“Barba Azul”, quien degüella a sus esposas la primera noche de bodas. A la última de ellas le entrega una llave, que tiene una huella indeleble de sangre, y le advierte no abrir la puerta prohibida de la habitación secreta. Pero ella, sin resistir a la tentación de la curiosidad y desoyendo las advertencias, abre la puerta prohibida y encuentra, en medio de una escena bañada de sangre, los cadáveres de las anteriores mujeres de Barba Azul, quien, luego de sorprenderla delante de la macabra escena, la condena a morir como a sus predecesoras por el simple hecho de haberle desobedecido. Y, aunque al final el esposo-monstruo recibe el castigo que se merece, no es seguro que el niño se sienta completamente aliviado.

El tema del esposo-monstruo, los reyes o príncipes encantados, es frecuente y recurrente en los cuentos populares, en los cuales aparece un personaje convertido en animal o monstruo por actos de hechicería, como en “La Bella y la Bestia”, “El cerdo encantado” o “El rey sapo”.

Las escenas de violencia en los cuentos populares confirman la regla de que nadie está libre de esta conducta negativa que forma parte de la personalidad humana, y que, por mucho que los censores tiendan a eliminar la violencia en los cuentos infantiles, los niños seguirán exigiendo que se los lean, una y otra vez, las escenas “crueles” en Cenicienta, Blancanieves o Caperucita Roja.

Lo mismo sucede con las películas de dibujos animados infantiles, calificadas como aptas para todo público, tienen una altísima dosis de violencia que va en aumento con el paso de los años.

Un grupo de prestigiosos investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard citan diversos ejemplos puntuales: desde "Bambi", en la cual la madre de Bambi es abatida, hasta "El Rey León", cuando el Rey Mufasa es asesinado.

Desde siempre, la violencia en los dibujos animados fue utilizada con fines cómicos ("Tom y Jerry", "El Correcaminos"), pero este in-crescendo puede desembocar en una insensibilidad extrema en los chicos, que ya consideran algo normal pegarle a un adversario en la cabeza con un martillo. Y los padres, por otra parte, confían en que los filmes de Disney, por citar un ejemplo, son educativos y didácticos.

No sé si esta será o no la razón de que pasemos nuestra vida convencidos de estar rodeados de ogros, brujas, madrastras y lobos, mientras soñamos con la llegada de ese príncipe o princesa (nuestro mejor sueño), que nos traiga la felicidad anhelada, pero a lo mejor algo tiene que ver.

viernes, 18 de febrero de 2011

DEL “¡TE PEGO LECHE!” AL “¡ME PEGO UN TIRO!”

Lo de Nueva Rumasa parece sencillamente un “Déjà vu”
Clesa, Garvey, Hotasa, Dhul, Elgorriaga, Ibramer, Trapa, Carcesa, Quesería Menorquina y Rayo Vallecano se han acogido al procedimiento especial de la Ley Concursal que les otorga un plazo de hasta cuatro meses para negociar con sus acreedores un plan de pagos y evitar ser declarados en suspensión de pagos.
José María Ruiz-Mateos, anunció ayer jueves en una rueda de prensa en Madrid, que se ha tomado esta medida con el fin de proteger los intereses de los empleados y de los inversores que han depositado su confianza en el grupo.
Desde el año 2009, Nueva Rumasa viene captado financiación de pequeños inversores mediante emisiones de pagarés (no negociables) que, con un importe mínimo de 3.300 euros, se comprometía a devolver entre un 8% u un 12% de rentabilidad anual. La empresa asegura que 5.000 inversores han confiado en la compañía desde entonces, pese a que la Comisión Nacional de Valores del Mercado advirtiera hasta en siete ocasiones del riesgo que ello representaba. “Las emisiones de pagarés no han sido inscritas en el Registro Mercantil, lo que supone, sin perjuicio de otras posibles consecuencias, que no han sido objeto de revisión y calificación por un Registrador Mercantil”, decía uno de sus comunicados.
José María Ruiz-Mateos aseguró que cumplirá sus compromisos con los inversores que han confiado en la compañía con la suscripción de pagarés o de participaciones, dijo: “Si no pudiera satisfacer esa obligación y no tuviera fe, me pegaría un tiro”.
La deuda que Nueva Rumasa reconoce, de 700 millones de euros, es superior a la que el 23 de febrero de 1983 originó la expropiación de Rumasa por el entonces Ministro de Economía Miguel Boyer.
Dicha expropiación desencadeno una serie de apariciones públicas de un Ruiz Mateos reivindicativo de corte bastante esperpéntico de entre las que destacó el “mamporro” a Boyer haciendo que hasta sus gafas volaran y al grito de “¡Qué te pego leche!”
Ya en la etapa de Nueva Rumasa decidió rentabilizar esos actos reivindicativos en la publicidad de sus productos, protagonizando unos anuncios en televisión. En el anuncio de los flanes decía: "Flan Dhul, de huevo y.... LECHE!!!" (jajaja…), y en el de los bombones Trapa decía varias frases, una era: "Que te Trapo... LECHE!!!!" (otra vez jajaja…). Pero la que más gracia me hacía era cuando le daba un bombón a una actriz que imitaba a Isabel Preysler y le susurraba: "Tómate un bombón Isabel, y que no se entere Miguel" (más jajaja…).
Ahora, este jerezano de 79 años de edad parece más calmado en sus apariciones públicas pero ya en la rueda de prensa nos ha dejado un par de perlas, primero ha dejado claro que de nuevo los astros se han conjurado en su contra y que la culpa es de todo y de todos, menos de la gestión de la familia Ruiz Mateos y en segundo lugar pasando del ¡Qué te pego leche!, al ¡Me pego un tiro! Y si no se lo pega, que no se lo va a pegar, es porque va a poder cumplir todos sus compromisos y tiene fe.
Los que no sé como andarán de fe son los 5.000 inversores que han financiado Nueva Rumasa con unos 150 millones de euros, personalmente no me produce ninguna alegría la desgracia de los demás pero en este caso, conociendo al personaje y sus antecedentes, junto al hecho inverosímil de garantizar de un 8% a un 12% anual “con la que está cayendo”, más que un acto de ingenuidad me parece que hay ciertos indicios de avaricia en personas que decidieron no recordar aquello de que ¡Nadie da duros a cuatro pesetas!, pero desde luego ojala reciban “el duro”.
No tengo la sensación de que estemos ante una estafa pero desde luego si ante una clamorosa temeridad empresarial y ojala encuentren pronto nuevos y necesarios inversores que salven para empezar todos los empleos que de otra forma estarían en peligro.

VULNERABILIDAD: ¿DEBILIDAD O FORTALEZA?

Hay personas que entienden que cuando dan las gracias, muestran aprecio o admiración por otras personas lo que están haciendo es demostrar la necesidad que tienen de ellas y esto les hace vulnerables y por tanto peligroso, son personas con dificultad para “exponerse”.
En coaching ontológico defendemos la idea contraria, creemos que la vulnerabilidad nos aproxima a los demás. En suma, que la vulnerabilidad, lejos de ser una debilidad, es una fortaleza.
Unas y otras personas, por lo general suelen responder a las siguientes formas de pensar:
VULNERABILIDAD = DEBILIDAD

VULNERABILIDAD = FORTALEZA

Estas personas tienen firmemente arraigada la idea de que los demás están esperando ver su “punto flaco” para atacar. En el mundo de la empresa, especialmente, “hay mucho tiburón esperando el momento adecuado”. “No se puede bajar la guardia”. “Hay que estar siempre alerta”, etc.


Estas personas creen que la vulnerabilidad es precisamente lo que más nos conecta con los demás. Creen que cuando nos mostramos vulnerables nos hacemos más humanos, más cercanos, más confiables, a los ojos de los demás.

Estas personas tienen bloqueado el acceso a muchos tipos de conversaciones, ya que mostrarán dificultades para pedir ayuda, para decir “no sé”, para dar las gracias, para reconocer que ellos solos no pueden. Están más cerradas al aprendizaje, ya que el primer paso para aprender es reconocer que hay algo que “no sé” o que “necesito aprender”.


Estas personas tienen más conversaciones disponibles. Pueden decir “no sé”, “necesito ayuda”, “yo solo no puedo”. Pueden hablar de lo que les falta, de lo que les da miedo, de lo que necesitan de los otros. Pueden agradecer y reconocer las virtudes de los demás, están más abiertas al aprendizaje, puesto que tienen más facilidad para aprender de los demás.
Estas personas generan mucha antipatía a su alrededor. Los demás ven claramente sus dificultades (aquellas que tanto se esfuerza en ocultar son precisamente las más evidentes), pero juzgan prepotente, vanidosa o poco humilde su actitud. Por eso, cuando tienen un fallo, los demás se alegran e incluso lo celebran. ¡A fin de cuentas es de carne y hueso, como todos los demás! Esta reacción “vengativa de los otros” tiene el efecto de reforzar todavía más la creencia de origen: “los demás esperan ver mi punto débil para atacar. No se dan cuenta de que es precisamente esa creencia la que genera la reacción de los demás y no al contrario.

Estas personas generan más simpatía a su alrededor. Los demás ven claramente sus dificultades pero también ven que las afronta con honestidad y con humildad, que están abiertos a aprender y a pedir ayuda. Cuando tienen un fallo, encuentran apoyo y comprensión.



Si estás dispuesto a probar nuevas conversaciones, podrás practicar el feedback positivo y evaluar sus consecuencias y, al hacerlo de manera reiterada, las viejas creencias terminarán dando paso a otras nuevas más eficaces y potentes.

martes, 15 de febrero de 2011

"LA PARADOJA DE LA COMUNICACIÓN"

Dicen que en los inicios del Imperio, los romanos no tenían leyes. Y enviaron a Atenas una delegación diplomática para pedir a los griegos poder consultar sus leyes y así poder inspirarse. Los atenienses aceptaron a cambio de que los romanos probaran su buena intención en un debate entre el general romano que encabezaba la delegación y un sabio griego. Para salvar la barrera lingüística decidieron discutir por señas.
El sabio griego comenzó levantando el dedo índice a lo que el representante romano respondió alzando tres dedos. A continuación el griego le mostró la palma de su mano y el romano le acercó su puño. El griego palmeó la espalda de su interlocutor y le entregó un ejemplar de sus leyes.
El sabio explicó a la asamblea ateniense lo que había "hablado" con el romano: "Dije que hay un solo Dios, y él respondió que son tres personas. Con la palma de mi mano le di a entender que todo lo dirige y con su puño él me contestó que tiene todo bajo su poder. Visto esto, le di la copia de nuestras leyes. Era un hombre sutil".
El romano explicó a su asamblea: "Me dijo que con un dedo me iba a sacar un ojo, y yo con tres dedos le apunté a ambos ojos y a los dientes. Extendió la palma de su mano avisando que me apalearía hasta que me repicasen los oídos y yo le amenacé con un puñetazo. A continuación me entregó los pergaminos con las leyes. Era un hombre cobarde".
Sencillamente carecían de un código común por lo que dieron crédito a la interpretación de lo que creían que decía el otro.
La comunicación es uno de los pilares básicos en los que se apoya cualquier tipo de relación humana y es provechosa en prácticamente todas las esferas de la actividad humana. Es crucial para el bienestar personal, para las relaciones íntimas, nos ayuda a superar situaciones delicadas, resolver conflictos, expresar sentimientos, defender nuestros intereses, evitar malas interpretaciones, etc. Pero no son pocas las ocasiones en las que alcanzamos justo lo contrario de lo que nos proponemos.
Todos sabemos que la comunicación interpersonal implica no solamente las palabras que se utilizan al hablar, sino también gestos, expresión facial, mirada, tono de voz, énfasis, movimiento de las manos, etc. Y que no es importante solamente lo que se dice, sino también cómo se dice. Las peculiaridades de cada uno a la hora de expresarse suelen reflejar algunas características de su personalidad.
Pero lo que realmente me llama la atención, porque me parece verdaderamente chocante, no es la comunicación en sí misma, que todos reconocemos como fundamental en nuestras vidas, sino la actitud de las personas ante ella, siempre damos por sentado que nuestros mensajes son claros e inequívocos por lo que todos nuestros interlocutores entienden lo que queremos decir, así mismo, estamos convencidos que nuestra capacidad de comprensión nos garantiza que siempre entendemos lo que se nos quiere decir y no hay ni percepciones ni interpretaciones personales, por tanto no hacemos el más mínimo esfuerzo para asegurarnos que realmente es así, sencillamente asumimos de manera inconsciente el riesgo de que pueda ser distinto y nos suceda lo que al sabio griego y al general romano.
Esto es lo que yo denomino “la paradoja de la comunicación”: Predicar lo importante y trascendente que resulta la comunicación para las relaciones interpersonales y descuidarla hasta límites inimaginables.

domingo, 13 de febrero de 2011

1.000, UN NÚMERO REDONDO E IMPONENTE

¡Sorprendido! Sí, tremenda y gratamente sorprendido porque no me lo podía esperar, agradecido ¡TAMBIÉN!
22 de diciembre de 2010, día del sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad, la desconfianza en el azar me lleva a olvidarme del sorteo y dedicarme a otros menesteres.

En esas decidí abrir este Blog como canal de comunicación, como vía de expresión y medio para contar todo aquello que llamaba mi atención y sobre lo que reflexionaba, lo hacía de forma experimental ya que jamás había tenido experiencia alguna en este terreno y desde luego, en ningún caso hubiese esperado alcanzar ¡MIL VISITAS! en tan poco tiempo y es que hoy estamos muy familiarizados con el “MIL”, incluso no nos parece una cantidad elevada, como lo fue en otros tiempos, pero es una cifra “muy, muy grande” y así lo demuestra la historia.
En las primitivas civilizaciones, el 1.000 solía ser el número más alto que tenía una denominación específica, pues en esos tiempos remotos apenas había ocasiones de contar algo que superase ese guarismo, de hecho más que un significado específico en cuanto a número concreto de unidades, tenía un significado abstracto y representativo de “mucho, tal vez más que mucho”.
Los autores bíblicos y salmistas solo disponían para expresar el número más alto del término “MIL” y éste es el que usaban: El Apocalipsis, último libro del Nuevo Testamento dice: “Satán ha quedado atado durante mil años transcurridos los cuales será liberado. A continuación entablará una batalla final en la que el bien acabará prevaleciendo sobre el mal, el mundo acabará y dará paso a un nuevo cielo y una nueva tierra perfectos y eternos”.
A la vista de los acontecimientos actuales parece que la predicción no ha resultado cierta, al menos por ahora, pero claro eso no es imputable al “MIL” que no debemos tomarlo como una medida, ya que solo cabe interpretarle como un término que aludía a un periodo de tiempo muy largo pero de duración indefinida.
Otra propiedad del “MIL” la encontramos en su utilidad numérica, en occidente, el millar es utilizado para separar los grandes números en grupos de tres cifras. Por ejemplo cien millones se escribe 100.000.000, mientras que en el sistema oriental, no es igual pues, los números se separan en grupos de cuatro (por miríadas).
Sin duda 1.000 es un número redondo e imponente que siempre ha ocupado un lugar destacado a lo largo de la historia en un sinfín de variadas situaciones, unas veces de forma explícita y otras no tanto.
Veamos algunos ejemplos:
  • Cuando queremos expresar una cantidad grande e indeterminada echamos mano del “MIL” y utilizamos frases del tipo “Te lo he dicho MIL veces”. ¿Alguien las ha contado alguna vez? También es cierto que hoy en día y por aquello de la inflación la frase va mutando hacia expresiones del tipo “Te lo he dicho UN MILLÓN de veces”.
  • Su presencia destacada en el deporte es manifiesta y baste como ejemplo citar los ATP World Tour Masters 1000, conjunto de nueve torneos de primera línea, e inmediatos en jerarquía de los cuatro Torneos de Gran Slam, lo que prácticamente obliga a participar en ellos a los tenistas de la parte alta del ranking mundial.
  • También lo encontramos en la historia del motor, en 1961 apareció el Simca 1000, un turismo cinco plazas muy enérgico, de ahí que recibiera el sobre-nombre de “el filete del pobre”, es decir, para cinco y con nervio.
  • Pero donde no siempre se explicita el “MIL” o se desdibuja, es en la actividad literaria, generalmente por licencias del autor, por ejemplo mediante el uso del hipérbaton, que como todos sabemos consiste en alterar el orden lógico de los términos que constituyen una frase. Así nos encontramos “Las MIL y una noches” en donde las noches eran mil y la una era Sherezade, el título original sin duda debió ser “Una y las MIL noches”.
  • Otro ejemplo, esta vez por el uso de la hipérbole (Exageración de una circunstancia, relato o noticia) lo encontramos en la Fábula XI de Félix María Samaniego “LAS MOSCAS”, cuando dice: “A un panal de rica miel dos MIL moscas acudieron,…” yo desde luego estoy convencido que no había más de “MIL”, ¿Alguien ha visto, alguna vez, dos mil moscas juntas?
En fin podría seguir citando ejemplos, porque hay “MIL”, pero simplemente quiero deciros a todos ¡MUCHAS GRACIAS!, yo por mi parte prometo seguir esforzándome para que el contador de Cómplices me siga diciendo que este Blog os gusta y os interesa.

SAN VALENTÍN, DÍA DE LOS ENAMORADOS

Mañana 14 de Febrero habrá quién celebre San Valentín, día de los enamorados, al menos según las crónicas urbanas.
Seguramente no soy el único que ha oído, en numerosas ocasiones, que el “Día de los Enamorados” no es más que un invento de El Corte Inglés, craso error, hasta donde mi memoria alcanza, el primer Corte Inglés abre sus puertas en 1940 de la mano de Ramón Areces y su tío Cesar Rodríguez, enfrente de Galerías Preciados perteneciente a Pepín Fernández, primo de Cesar Rodríguez, pero esta es otra historia, desde luego apasionante pero que no tiene nada que ver con San Valentín.
Y así lo confirman todas las referencias encontradas sobre los posibles orígenes de esta celebración, en la que es común el regalo de rosas entre los novios, amigos y/o familiares, pues hay países en los que este día es el día del amor y la amistad, tanto es así que el color de la rosa determina el mensaje que se pretende expresar. Por ejemplo, la rosa roja simboliza el amor, la blanca representa la paz y la amarilla y la azul, la amistad.
Los enamorados tienen un día en nuestro calendario para demostrar o reafirmar su amor mediante regalos, dedicatorias o poemas pero ¿por qué el 14 de febrero?
Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y  aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.
También, y hace muchos siglos, fue tradicional en Inglaterra la "fiesta de los valentinus", donde se elegían a hombres y a mujeres para que formaran pareja. Muchas de estas parejas se convertían en marido y mujer y conseguían la felicidad de pareja que se espera encontrar y consolidar el Día de San Valentín.
Otras fuentes centran el origen de la historia de San Valentín en la Roma del siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido, se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En este periodo también se prohibía el matrimonio de los soldados ya que se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla que los hombres casados porque no estaban emocionalmente ligados a sus familias.
Es en estas circunstancias cuando surge la figura de San Valentín, un sacerdote cristiano que ante tal injusticia decide casar a las parejas bajo el ritual cristiano a escondidas de los ojos romanos.
La historia de San Valentín hubiera quedado ahí si no fuera porque dos siglos más tarde la Iglesia católica la recuperó. Por aquel entonces era tradición entre los adolescentes practicar una curiosa fiesta pagana derivada de los ritos en honor del dios Lupercus, dios de la fertilidad que se celebraba el día 15 de febrero. Era un sorteo mediante el cual cada chico escogía el nombre de una joven que se convertiría en su compañera de diversión durante un año. La Santa Sede quiso acabar con esta celebración pagana y canonizó a San Valentín como patrón de los enamorados.
El cuerpo de San Valentín se conserva actualmente en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni. Cada 14 de febrero se celebra en este templo un acto de compromiso por parte de diferentes parejas que quieren unirse en matrimonio al año siguiente (también existe la creencia de que en la Iglesia de San Antonio de Madrid se encuentran depositados algunos restos óseos del Santo). 
Sea como fuese, San Valentín se ha convertido en el patrón de todos los enamorados y de todas aquellas personas que quieren tener una pareja. Los comerciantes se han hecho eco de esta festividad y la han convertido en un día perfecto para aumentar las ventas. Flores, postales, poemas de amor, dedicatorias, bombones y regalos de todo tipo se realizan este día al ser querido para demostrar su amor y amistad.
Esta noche, víspera de San Valentín, veía una estadística por TV en la que se daba el dato de que mañana tan solo el 17% lo celebrará. Quédate con la parte que más te guste y decidas la que decidas, ¡Qué la disfrutes!

sábado, 12 de febrero de 2011

¿COMPARSAS, MURGAS O CHIRIGOTAS?

Actualmente el carnaval es una fiesta popular de carácter lúdico y con eso me quedo, no voy a investigar sobre sus orígenes y si es de carácter religioso o profano, es otro tema el que capta mi atención, no es otro que las tremendas dudas que me provocan los conceptos “comparsa”, “murga” o “chirigota”.
Ante una situación así lo primero que he hecho es ir al Diccionario de La RAE a ver qué diferencias establece y esto es lo que he encontrado:
  • Comparsa: Grupo de personas que, vestidas de la misma manera, participan en carnaval o en otras fiestas.
  • Murga: Compañía de músicos malos, que en Pascuas, cumpleaños, etc., toca a las puertas de las casas acomodadas, con la esperanza de recibir algún obsequio.
  • Chirigota: Conjunto que en carnaval canta canciones humorísticas.
Después de leer estas definiciones la primera imagen que se me ha venido a la cabeza es la de “La Tuna” en las bodas, donde visten igual, participan en fiestas y en la mayoría de los casos son músicos malos.
Superado el momento “clavelitos” decidí dar un paso más, pues las definiciones académicas no me aportaban ninguna tranquilidad en cuanto al dominio claro y preciso de los tres términos.
Para empezar he podido verificar que en diferentes ámbitos e incluso reglamentos  de concursos, aparecen las tres denominaciones muchas veces mencionadas de forma indistinta y siempre bajo el concepto de agrupaciones musicales.
También he podido leer numerosos textos, fundamentalmente de páginas web en los que por un lado, se denomina chirigota o murga al grupo coral que canta un tipo particular de coplas para entretener al pueblo y por el otro, las coplas que interpretan estos grupos, especialmente durante las fechas de Carnaval, también se denominan de la misma manera.
Cuanto más miro más crece mi sensación de que estoy ante vocablos muy próximos entre sí, puede que no en sus orígenes, pero en el día a día de hoy en pleno siglo XXI el uso de uno u otro término me empuja un poco al “qué más da si da lo mismo”.
Creo que en última instancia, sea Comparsa, Murga o Chirigota, el principal objetivo es interpretar en público, unas músicas y unas letras para hacer que éste se ría. Por tanto, se trata de piezas humorísticas, irónicas y plagadas de dobles sentidos.
Quiero pedir disculpas a los puristas o a los conocedores o expertos del género, mi intención estaba impulsada por el deseo de aprender. Lo cierto es que sigo con muchas dudas pero con una decisión clara, este año 2011 pienso disfrutar como todos los años de los carnavales, sobre todo los de Cádiz, sin preocuparme de si estoy ante Comparsas, Murgas o Chirigotas.